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5 cosas que aprendí –a trancazos– al emprender

Por: Redacción

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El conocimiento más importante que necesitas para emprender no está en libros, sino en vivir de forma personal la experiencia: intentarlo, fracasar y volver a intentarlo hasta lograrlo

Por Genaro Mejía (@genarorastignac)

No te voy a mentir. No ha sido fácil. No la he pasado bien. He tenido muchos días oscuros, llenos de angustia, de no saber qué hacer ni para dónde andar.

A finales de abril de 2020, después de 20 años de una carrera ascendente como periodista de negocios, me despidieron. Aunque ya lo veía venir, fue un balde de agua fría. No tenía nada planeado para un presente tan incierto como el que todos hemos vivido a partir de la pandemia.

Pero tengo algo muy bueno que decirte después de más de cuatro años: ¡Sí se puede!

La pandemia se controló, pero seguimos en un mundo incierto y volátil. Se trata de un contexto quebradizo, ansioso, no lineal e incomprensible, como lo definió el antropólogo y futurólogo Jamais Cascio en 2020.

Pero ningún obstáculo me ha frenado. He salido adelante. A mi familia y a mí no nos ha faltado nada. Incluso te confieso que me va mejor que antes: aunque trabajo mucho (MUCHO), soy mi propio jefe, yo decido mis horarios, yo elijo con quién trabajo y tengo más tiempo para compartir con mi hijo de cinco años y con mi esposa.

Y no es que yo sea una lumbrera o que tenga algún don o talento extraordinario. ¡Para nada! Soy igual que tú y, si yo pude emprender en una pandemia o en medio de una crisis, tú también lo puedes hacer. Y no hablo sólo de emprender una empresa, sino de emprender cualquier objetivo, proyecto, iniciativa o sueño que tengas.

¿Cómo le hice? Aunque me pasé años de mi vida entrevistando a empresarios y emprendedores y aprendiendo de ellos, aunque leí muchos libros de negocios y liderazgo, cuando me lancé al ruedo del emprendimiento me di cuenta de que no sabía nada o casi nada. 

Aprender a trancazos

“El espíritu emprendedor no se puede enseñar”, asegura el capitalista de riesgo de Silicon Valley, Victor Hwang. Dice que la vida de una empresa emergente es demasiado caótica. Los verdaderos empresarios deben tener un amplio espectro de experiencias personales para lidiar con lo inesperado, lo inédito y lo incuantificable. También afirma que “dirigir una start-up también exige un profundo conocimiento de las personas, que sólo se puede obtener a partir de la experiencia en el mundo real”.

Justo así me fui propia experiencia: aprendí a trancazos, al enfrentarme a situaciones que jamás había imaginado, con dolor, perdiendo amigos, perdiendo dinero.

Por eso acá te comparto algunas de las cosas –buenas y malas– que me hubiera gustado que me dijeran cuando empecé a emprender. Verás que tú también tienes todo lo que necesitas para llegar a esa cima.

1. No estás solo. Nadie, nadie en el mundo está solo por completo. Siempre hay, aunque sea una sola persona, que confía y cree en ti. Haz equipo con esa o esas personas. Solo no puedes nada, pero en equipo eres capaz de todo.

2. Eres experto en algo. No importa la edad que tengas o tu nivel de estudios, en tu vida has desempeñado tareas, trabajos, has tenido empleos y has conocido gente. Por este simple hecho has aprendido mucho. Vuelve la mirada atrás, recapitula y verás que tienes conocimiento valioso para lo que sea que quieras crear.

3. No te aferres. Si has seguido por años la misma forma de hacer las cosas y sigues en el hoyo, ¡cambia ya! No esperes resultados diferentes si tú no cambias. Para cambiar al mundo, primero debes cambiar tú. Abraza el cambio, sé flexible y, aunque sea con miedo, muévete.

4. ¡Chíngale! En esto no te voy a mentir: lograr los sueños sólo es posible trabajando mucho, mucho, mucho. Pero no pasa nada: como dice mi madre, “nadie se ha muerto de trabajar”. Mi gran ejemplo es mi padre: a sus casi 80 años sigue trabajando todos los días y lo hace con amor, con alegría, y eso le da vida.

5. Confía. No sé si crees en Dios o no, pero la pandemia nos dejó claro que los planes, las estrategias y los cálculos muchas veces no sirven para nada. De repente llega una crisis y todo se va al diablo. Confía en que existe una energía universal más fuerte y sabia que tú (la magia que crea la suma de todos los seres vivos) que siempre, aunque no lo veas claro, te va a llevar a un lugar mejor. ¡Siempre!

Deja de darte de topes contra la pared. Fracasar es tan natural como respirar. Sólo los que no se detienen ante sus errores y fracasos son los que logran las cosas. Como dijo el yogui Jaggi Vasudev: “La frustración, el desánimo y la depresión significan que estás trabajando contra ti mismo.” 

Genaro Mejía es periodista de negocios, speaker y LinkedIn Top Voices Latam. Estratega en comunicación, storytelling y nuevas narrativas. LinkedIn: @GenaroM / Newsletter: Bar Emprende