Daba vueltas de un lado a otro de la cama. Pasaba las noches sin dormir angustiado por la misma pregunta, por la misma duda: ¿Le sigo con mi negocio o mejor cierro?
Por Génaro Mejía
Lo que acechaba a Eduardo Moreno era el miedo al fracaso. Había renunciado a un trabajo seguro para emprender su propio negocio, pero pasaban los meses y no había ventas. Él ya tenía a gente trabajando con él, creyendo en su proyecto.
“En el emprendimiento nadie te dice si vas bien o vas mal. No hay un manual. El emprendimiento es lanzarte y aprender de tus errores. Los errores son los que te van haciendo, pero también son los que, si emocionalmente no sabes manejarlos, pueden acabar no sólo con tu empresa, sino también contigo”, dice Eduardo.
Mientras estudiaba la carrera de contaduría y finanzas en el Tec de Monterrey, campus Hidalgo, Eduardo fue a hacer servicio social a un pueblo muy pobre de la Riviera Maya que se dedicaba a la producción de miel de abeja. Se dio cuenta de que los apicultores hacían todo el trabajo y se les pagaba cualquier cosa por la miel, mientras los intermediarios se quedaban con 95% de las ganancias.
Ahí comenzó a desarrollar un proyecto escolar que hoy es una empresa en pleno crecimiento: Mexican Honey & Bee Company, que se dedica a la producción y comercialización de miel basada en un esquema de apicultura sustentable y de comercio justo.
En esos primeros meses de arranque fue cuando Eduardo se topó de frente con el miedo, un miedo que puede paralizarte o puede tomar las riendas y llevarte a cometer las peores decisiones.
Cómo dejar de tener miedo
Todos tenemos miedo, hasta los más valientes. Lo que hace la diferencia es qué hacemos con ese miedo: dejamos que nos paralice, hacemos como que no existe o escuchamos lo que nos está diciendo sobre quiénes somos.
“El miedo es natural, incluso en los líderes. No es algo malo, siempre y cuando aprendas a manejarlo y a darle un uso productivo, al no dejar que sea la base de cómo actúas o tomas decisiones”, dice Vinita Bansal, escritora y fundadora de Techtello.com.
Cuando emprendes una empresa o un proyecto todos los miedos se te vienen encima: miedo a no ser incluido, al rechazo, a no saber, a perder tu estatus, al fracaso, a lo desconocido, a las críticas, al cambio…
A Eduardo lo que le ayudó a no cerrar su empresa fue el apoyo de sus padres, que lo animaron a seguir adelante. Hoy, con sólo 27 años, ya trabaja con 10 productores de Hidalgo y comercializa, además de la miel, jaleas, jabones, cremas y dulces. Vende en línea y a través de hoteles y restaurantes, y ya exporta sus productos a Estados Unidos. Su visión y sueño es grande: llevar la miel de Hidalgo a todo el mundo.
Eduardo ha vencido –por el momento– al miedo, pero sabe los estragos que puede causar. “El miedo es un sentimiento que nosotros mismos lo creamos y nos lleva a no generar ese cambio o a no aceptar ese trabajo o a no emprender. Por eso hay que dejar de tener miedo.”
¿Cómo? Primero, mirándolo de frente, reconociéndolo; luego, identificando por qué lo sientes y qué mensaje te trae; al final, poniéndolo a raya. Como dice, Jessica Bueno Moyer, vicepresidenta de Aprendizaje y Desarrollo en Savory Management, “los grandes líderes también sienten miedo, sólo que no dejan que controle el resultado”.