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La extinción de los jefes-dinosaurio

Por: Redacción
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Los jefes ya parecían dinosaurios antes de la pandemia, ya eran una especie que no se adaptaba a la nueva realidad del mundo de los negocios, que no sólo no daba resultados, sino que, además, eran un lastre para el futuro de sus empresas. ¿Sobrevivirán?

Por Genaro Mejía

@genarorastignac

Se están muriendo. Nadie los quiere y nadie los necesita. Es más: estorban, son un lastre para la evolución de las empresas. O cambian o están destinados a desaparecer. Me refiero a los jefes, esa especie que ya daba señales de estar fuera de época antes de la pandemia, pero que ahora están en extinción.

El mundo ha cambiado mucho en las últimas décadas y cambió de forma aún más abrupta con la crisis provocada por el COVID-19. Por eso quienes están al frente de un equipo en las empresas están obligados a cambiar también, a adaptarse.

¿Qué cambió? Primero que nada, las nuevas generaciones (millennials y centennials) ya no comparten este espíritu de vivir para trabajar, de darlo todo (salud, familia, vida) por la empresa. ¡Y qué bueno! Ellos quieren vida en equilibrio, tiempo para disfrutar, viajar, conocer el mundo.

Otro cambio importante, sin duda, es el tecnológico. Cuando se suponía que la tecnología estaba aquí para facilitarnos la vida y hacer más eficiente nuestro trabajo, lo que pasó fue que el celular se convirtió en nuestro principal verdugo: ya no podíamos escapar del mensaje o llamada del jefe a ninguna hora ni en ningún lugar… Ni siquiera en el baño tenemos un poco de paz y privacidad.

Otro cambio se lo debemos a la comunicación. La mayor cantidad de canales de información genera sociedades más conscientes de sus derechos, que se enteran de las corruptelas, malas prácticas y estafas de las grandes empresas, que averiguan los enriquecimientos ilícitos o tramposos, y que ya no quieren ser parte de corporaciones poco éticas que no las incluyen en sus planes o que destruyen al planeta para ganar dinero. Y con las redes sociales esa información alcanza lugares inimaginados, permite compartir y denunciar todo lo que no nos gusta e, incluso, puede destruir o golpear muy fuerte a una marca.

En un mundo así el “jefe clásico“, el que tiene la primera y última palabra, que parece más un militar que un líder, que no escucha a su equipo ni lo incluye en la toma de decisiones vitales, que ordena y no consensúa, que cree saberlo todo, no tiene cabida.

Para colmo de males vino la pandemia y esos jefes se enfrentaron a una catástrofe para la que no estaban preparados. Con la obligación del teletrabajo sintieron que perdían el control y, para tratar de evitarlo, pusieron junta tras junta por Zoom para “supervisar” que su equipo estuviera trabajando y no mirando series en Netflix. Jamás entendieron que trabajar en casa es un reto mayúsculo al no tener privacidad ni espacio, al tener que combinarlo con el cuidado de los hijos, con la ayuda a las parejas, con la limpieza y orden de la casa.

Frente al agotamiento, estrés y depresión en la que empezaron a caer los miembros de su equipo, los jefes no supieron qué hacer. En lugar de dejarlos respirar, los atracaron con más y más proyectos, con más juntas inútiles y hoy los están llevando al borde del quiebre. ¡Cuidado! El desequilibrio mental y emocional de los empleados puede ser la siguiente pandemia global y será mucho más costosa, tardada y difícil de superar que la del coronavirus.

Equipos de líderes

Entonces, ¿cuál es la mejor manera de satisfacer las necesidades físicas y mentales de tus colaboradores al mismo tiempo que te aseguras de que tu organización continúe funcionando? 

“La única manera de apoyar a sus empleados mientras se asegura el éxito a largo plazo de su organización, se traduce en hallar un equilibrio entre la empatía y la realidad económica que hoy en día están afrontando las empresas”, dice un estudio de Mercer.

Urgen líderes y no jefes para enfrentar las crisis.”El liderazgo en una crisis incierta y acelerada significa estar disponible para sentir lo que es estar en el lugar de los demás: liderar con empatía”, dicen Michaela J. Kerrissey y Amy C. Edmondson, en un artículo de Harvard Business Review.

Pero más allá de guiar y sostener a sus equipos, los líderes que hoy se necesitan deben aprovechar la circunstancia de crisis para promover y provocar el cambio: tirar las viejas e ineficientes estructuras jerárquicas y generar un liderazgo que promueve que todos los miembros de la organización se conviertan en líderes. 

Porque el jefe todopoderoso que lo podía todo nunca existió. Hoy se necesitan equipos de líderes que trabajan de forma transversal aportando su talento con libertad en busca de las nuevas formas de hacer empresa.

“Los líderes no hacen planes, no solucionan problemas, ni siquiera organizan a las personas. Lo que de verdad hacen los líderes es preparar a las organizaciones para el cambio y ayudarlas a enfrentarlo mientras lo atraviesan”, dice John. P. Kotter, ex profesor de Harvard y autor de 15 libros.

En un mundo tan complejo, un jefe cerrado y ególatra llevará al fracaso a su equipo. Sólo un líder formando y guiando a otros líderes formará equipos capaces de encontrar respuestas a nuestro mundo incierto.

Genaro Mejía es periodista de negocios, speaker y LinkedIn Top Voices Latam. Estratega en comunicación, storytelling y nuevas narrativas. LinkedIn: @GenaroM / Newsletter: Bar Emprende