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Hace 10 años era inimaginable que en esta ciudad no se pudiera fumar ni tener saleros en los restaurantes, que el aborto fuera legal, que los matrimonios gays fueran posibles o que el periférico tuviera segundo piso y que, en partes, sería de cuota. Lo mismo ocurrirá con estas visiones de futuro, no todas positivas, pero sí todas posibles.
1. La legalización de la mariguana
Fox ya se prepara para comercializarla. Es sólo el preludio. En unos años la veremos anunciada en los horarios nocturnos de televisión con música de reggae o de corrido, antes del anuncio de una floreciente Océanica “¡…con una sucursal cerca de ti!” El alcoholímetro tendrá que mutar en antidoping, o desaparecer. Y el crimen organizado de repente adquirirá una reputación hoy impensable: “Cigarros Mariguanos, con el prestigio de la Casa Guzmán Loera, presenta…”
2. Una ciudad sin toros ni tiendas de mascotas
En redes sociales, los capitalinos muestran más respeto por los derechos de los animales que por los derechos humanos (para muestra, la misoginia desatada contra la veracruzana que eligió su matrimonio en vez de ir a la NASA). Por eso los activistas no se detendrán hasta ver que los toros únicamente sean asesinados en el rastro. También quieren prohibir las tiendas de mascotas por considerarlas inhumanas. La Plaza México será convertida en centro comercial, las corridas serán clandestinas y habrá mercado negro de perros de pedigree.
3. La criminalización de los autos
Es inevitable que nos encajen el Hoy no Circula en 2014 o 2015: sale más barato eso que mejorar el transporte público. La idea, parece ser, es que sólo usen autos aquellos que puedan pagar las autopistas de cuota, los parquímetros, los gasolinazos y el auto nuevo que servirá de comodín para los días que los otros coches de casa no circulen. Los demás tendremos que andar en bici o ecobici, y en atestados, disfuncionales e insuficientes metros, metrobuses, trolebuses, microbuses, o a pie. La clase media bajará otro peldaño más en el escalafón al perder su vocho, que ya será incosteable.
4. El gran terremoto
Toquemos madera, pero los del Sismológico dicen que ni así lo evitaremos. Sólo esperemos que sea dentro de muchos, muchos años, que funcione la alerta sísmica, que los edificios aguanten las sacudidas y que caiga justo durante un simulacro sísmico en plena Semana Santa.
5. El gobernador del Valle de Anáhuac
A la ciudad le urge un gobierno coordinado que vincule a las 16 delegaciones y los 60 municipios conurbados en un solo proyecto de desarrollo. Una sola ciudad y no este amasijo metropolitano en el que la movilidad y los servicios deben negociarse con cada municipio o gobierno estatal. La necesidad de que tal cosa prospere está latente y, como tal, podría modificar la agenda política… algún día, quizá. Aunque es más probable que antes ocurran los cuatro puntos anteriores.
¡ANÍMATE Y OPINA!
Felipe Soto Viterbo nació en la Ciudad de México. Es autor de las novelas El demonio de la simetría, Verloso, artista de la mentira y Conspiración de las cosas. Es profesor de periodismo en la Ibero y de narrativa en el Claustro de Sor Juana.
(Felipe Soto Viterbo)