Mientras el problema de la falta de lectura en el país sigue siendo grave, los capitalinos leen en promedio 5.9 libros al año contra el promedio nacional de 2.94 ejemplares.
Sin embargo, pese a tener la mayor oferta de cultura escrita del país, la capital no ha sabido aprovechar los programas de fomento a la lectura. Además, el ritmo de vida acelerado dificulta que la gente tenga lecturas placenteras.
Para Lorenzo Gómez Morín, presidente de Fundación Mexicana para el Fomento de la Lectura (Funlectura), que lo que existe en el DF es una relación dependiente: hay más lectores porque existe más acceso a la cultura escrita.
“Debería haber un esfuerzo mayor para seguir dotando, sobre todo a las escuelas primarias y secundarias, de bibliotecas en las aulas. Si desde la infancia tiene acceso a la cultura escrita, es muy probable que se conviertan en lectores y sea una actividad placentera y no obligatoria”, apuntó Gómez Morín.
Los número uno
De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Lectura 2012, el Programa Nacional de Lectura, y la Encuesta Nacional de Hábitos y Prácticas de Consumo Culturales 2010, el Distrito Federal está en la cima de la cultura impresa.
En la capital del país se leen tres libros más al año que en el promedio del país y el 81.6% de la población disfruta de este hábito.
43.3% han leído al menos un libro al año, el 51.7% tienen más de 10 libros en casa, el 27.1% asistió al menos una vez a una librería y el 36.3% compró al menos un libro al año.
El talón de Aquiles está en las bibliotecas públicas: solo el 26.8% van una vez al año contra el 39.5% de gente que lo hace en Chiapas.
Sin tiempo ni ganas
A la hora de las excusas, los capitalinos preferimos usar la falta de tiempo, la preferencia por otras actividades y, de plano, que no gustan o les da pereza leer.
“Los que pueden, leen por ratos en el transporte público, cuando llegan a casa están demasiado cansados como para abrir un libro”, explicó el presidente de Funlectura. “No nos damos el tiempo de gozar de una buena lectura para enriquecer la mente y descansar el espíritu”,
Baches entre páginas
El programa “Para leer de boleto” llegó a publicar diez libros de relatos breves que se ofrecían gratuitamente en las estaciones del Metro; la intención era que los pasajeros leyeran en sus trayectos y al salir de la estación, devolvieran el ejemplar para que otro más pudiera disfrutarlo.
Pero programa y ejemplares desaparecieron por los malos hábitos de los capitalinos. “Las personas no se robaban los libros para llevárselos a su casa, sino que observamos que los vendían en los puestos de la calle, a cinco o diez pesos”, reconoció Gómez Morín.
Ahora existen otros mecanismos que fomentan la lectura como los Libropuertos Digitales instalados en las estaciones de la línea 3 del Metro. En ellos se pueden descargar fragmentos de 50 títulos por medio de un lector de códigos en teléfonos inteligentes o tabletas con dicho escáner.
Un país que no lee
La Encuesta Nacional de Lectura realizada en el 2012, reveló que actualmente sólo el 46 por ciento de los mexicanos leen, contra el 56 por ciento que decían leer hace seis años, lo que señala una caída del 10% de lectores.
De la gente que lee por gusto, la tercera parte lee 30 min o menos al día.
El 87% de los hogares en México tiene de 1 a 30 libros.
Las principales razones por las que la gente no lee es: por que no tiene tiempo, porque prefiere hacer otras actividades, porque no le gusta y porque no les da pereza.
El promedio de libros leídos al año es de 3.2 para los hombres y de 2.7 para las mujeres.
(CRISTINA SALMERÓN)