La tarde del viernes 18 de septiembre del 2009, Víctor Manuel Miranda y Esteban Cervantes perdieron la vida al intentar detener a Luis Felipe Hernández Castillo, un campesino que realizaba pintas en los muros del Metro Balderas y quien disparó en diversas ocasiones contra ellos para matarlos.
ESTO TE PUEDE INTERESAR: INAUGURAN MURAL POR ANIVERSARIO DE BALACERA EN METRO BALDERAS
Eran las 17:14, hora pico en el Sistema de Transporte Colectivo Metro (STCM), cuando Miranda, elemento de la Policía Bancaria Industrial (PBI), se acercó a un sujeto que pintaba los muros del andén con el fin de detenerlo. No sabía que el agresor portaba un revolver con el que dispararía a quemarropa en varias ocasiones hasta quitarle la vida.
La siguiente víctima fue Cervantes, un hombre dedicado a la albañilería que viajaba en uno de los vagones, y que al darse cuenta de la agresión, intentó en varias ocasiones desarmar al homicida, hasta que falleció de un disparo en la frente.
Tras los homicidios, elementos policíacos de varías corporaciones (que ya se encontraban rodeando el lugar) lograron someter y detener al agresor. Todo el tiroteo quedó registrado ante las cámaras del STCM.
El saldo: dos muertos, siete personas lesionadas (cuatro por arma de fuego y tres con lesiones menores), además de usuarios con crisis nerviosa. La respuesta fue inmediata: una intensa movilización policíaca y de cuerpos de emergencia llegaron a la estación del Metro para atender a los usuarios.
Miguel Ángel Mancera, Procurador de Justicia del Distrito Federal en ese tiempo, llegó al lugar de los hechos para supervisar que las acciones de rescate fueran las correctas.
El homicida recibió una sentencia de 151 años y ocho meses de prisión, además de ser obligado a pagar 3,288 pesos como reparación del daño a las personas lesionadas, y 40,004 pesos por el mismo concepto a los deudos de las personas fallecidas.
A partir de este incidente, el entonces jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, decidió implementar un operativo de seguridad en el Metro que consistió en la revisión de usuarios, así como la instalación de arcos de seguridad para la detección y prevención de armas de fuego o punzo cortantes en las instalaciones.
¿Y TODO PARA QUÉ?
Actualmente, los detectores de metal no son utilizados y los rayos X que se instalaron como medida preventiva en 30 de las 175 estaciones del Metro se encuentran inhabilitados, descompuestos o apagados porque son poco utilizados por la vigilancia de la estación. Muchos de ellos por su ubicación, representan un obstáculo para los usuarios.
La única estación en la que todavía son utilizadas estas medidas de seguridad es en donde ocurrieron los hechos, Balderas. Pero sólo es cuestión de ingresar por otra puerta o alguna otra estación cercana para evitar los detectores.
Mientras que en otras estaciones la única medida es una manta colgada en la que se invita a los usuarios a no portar objetos que pueda ser utilizado como un arma.
(Información: Cortesía / Fotos: Cuartoscuro)
