FOTO: SHUTTERSTOCK

A las abejas les gusta vivir en las zonas ricas de la CDMX

Por: Redacción

Compártelo en tus redes...

Por otra parte, evitan establecer sus panales en calles de alcaldías como Iztapalapa, Iztacalco o incluso Xochimilco. Te contamos las razones

Por Josué Huerta

A las abejas les gusta establecerse en las zonas económicamente prósperas de la Ciudad de México, pero no en las más pobres. Este patrón de comportamiento forma parte de los hallazgos de la rescatista Adriana Véliz, quien, a través de su organización Abeja Negra SOS, ha documentado este fenómeno.

Las razones por las cuales estos insectos eligen instalar sus panales en alcaldías como Benito Juárez, Coyoacán y Cuauhtémoc, pero no en Iztacalco, Iztapalapa ni Xochimilco, las mencionaremos más adelante. Sin embargo, podemos adelantar que estos himenópteros tienen mucho que revelarnos sobre la forma en que vivimos.

Por ahora, enfoquémonos en conocerlas mejor. La literatura científica indica que las abejas buscan alimento en un radio de tres kilómetros alrededor de sus panales. No obstante, cuando este escasea —lo que ocurre debido a factores como la expansión de la mancha urbana— pueden volar hasta 12 kilómetros en busca de sustento. Esta es la razón por la que las encontramos en las calles de la Ciudad de México, entre autos, edificios, puestos ambulantes y personas.

Así lo explica a +Chilango diario Adriana Correa, experta de la UNAM en estos insectos. Una vez en la capital, las abejas se establecen en paredes de casas, techos de panaderías, cúspides de lámparas públicas, entre otros espacios urbanos. Sin embargo, al anidar en la ciudad, se enfrentan a la conocida polarización de la población capitalina ante casi cualquier tema: por un lado, están quienes las ven como una amenaza, y por otro, quienes las consideran los seres más indispensables para el planeta. Ambas posturas pueden ser problemáticas.

Quienes adoptan la primera postura optan por mandar a exterminar a las abejas que instalan sus panales en la ciudad, mientras que lxs segundxs creen que deben ser salvadas a toda costa, incluso si ello implica poner en riesgo a una o más personas durante su rescate. Ambas partes olvidan que las mejores respuestas están en el centro.

Correa, una de las mexicanas que más ha contribuido a la concientización sobre la importancia de las abejas a través de libros para la SEP, manuales de rescate e investigaciones sobre la mejora de su alimentación, es clara al señalar que, si el rescate de un panal pone en peligro a un niñx o adultx, no hay alternativa: debe ser eliminado. Esto es especialmente relevante cuando se estima que al menos el 3% de la población es mortalmente alérgica a su veneno.

Ya no existen razas puras de abejas en la CDMX

Adriana Véliz, quien recibe unas 30 llamadas diarias para rescatar enjambres en toda la Ciudad de México y entregarlos a apicultorxs, señala que, si ella o sus compañerxs no están a salvo o la población está en riesgo, optan por no realizar el rescate y, en su lugar, contactan a fumigadorxs para eliminarlos. Así ocurrió recientemente con un enjambre que se estableció en una luminaria del Parque México, donde transeúntes, incluidos perros, ya estaban siendo picados por las abejas.

Para entender por qué las abejas que llegan a la Ciudad de México no sólo son benéficas para el medio ambiente, sino también potencialmente peligrosas, debemos remontarnos a la década de los 80, cuando se detectó en nuestro país un comportamiento más defensivo en estos insectos. Se descubrió que habían sufrido un proceso de africanización, es decir, se cruzaron con ejemplares de la raza africana Apis mellifera scutellata. Desde entonces, esta especie forma parte de nuestro ecosistema.

Como explica Adriana Correa, ya no existen razas puras de abejas en la Ciudad de México; ahora son combinaciones de Apis mellifera ligustica, Apis mellifera scutellata, Apis mellifera carnica y Apis mellifera intermissa. Estas mezclas generan una amplia gama de comportamientos, que van desde abejas pasivas hasta agresivas, así como variaciones en su capacidad de producción de miel, entre otros aspectos.

¿Qué atrae a las abejas a las zonas ricas?

Sin embargo, hay algunas certezas. Abeja Negra SOS ha descubierto que los meses de mayor presencia de abejas en la ciudad son marzo, abril, mayo, octubre y noviembre, lo que coincide con su temporada de reproducción.

Por otro lado, las alcaldías Benito Juárez, Coyoacán y Cuauhtémoc —que, casualmente, albergan algunas de las colonias más prósperas de la ciudad— son las zonas donde las abejas anidan con mayor frecuencia.

Esto se debe a que en estas áreas la población suele contar con azoteas verdes o balcones adornados con flores irresistibles para ellas, como malvas, romero, lavanda, limpiatubos, margaritas e incluso girasoles. Además, en estas demarcaciones, las autoridades renuevan las flores de sus áreas verdes públicas entre tres y cinco veces al año. Estas condiciones no se encuentran en las alcaldías con menores ingresos.

Existen muchos más datos respecto a las abejas que llegan a la Ciudad de México, pero ante un enjambre cerca de la vivienda, es mejor llamar a lxs expertxs.

Las abejas son de suma importancia porque son las mayores polinizadoras y su papel en la naturaleza nos brinda grandes beneficios. Es por ello desde hace años se ha tomado conciencia para su protección y sana interrelación con el medio ambiente y las personas

  • 1 millón de abejas al año se ha propuesto rescatar el gobierno capitalino en la zona urbana de la CDMX
  • La Sedema cuenta con un programa para la reubicación de enjambres hallados en la capital del país