ILUSTRACIONES: JOSÉ CARLOS MARÍN

Acciones para una ciudad sostenible

Por: Redacción

Compártelo en tus redes...

Te contamos de cinco proyectos que buscan que la CDMX se mantenga viva y habitable en el futuro

Por Bianca Carretto*

La primera vez que el término “desarrollo sustentable” apareció en una legislación mexicana fue en 1996. La Ley General del Equilibrio Ecológico lo definió como un proceso encaminado a mejorar la calidad de vida y la productividad de las personas, sin comprometer la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras. En la Ciudad de México, el “desarrollo sustentable” es además un derecho, tal y como lo establece el Artículo 10 de la Constitución capitalina.

Y aunque el camino hacia la sostenibilidad en la Ciudad de México parece complejo y distante, hay pasos que se han dado desde distintos ámbitos para asegurar que la metrópoli se mantenga viva y habitable para las siguientes generaciones.

Tecnosuelos

Una escena de la película WALL-E de Disney es suficiente para ilustrar la importancia del suelo cuando hablamos de sostenibilidad. En ella observamos al pequeño robot deambular por un planeta Tierra devastado en un ambiente abrasador como consecuencia de la alta radiación solar. En un momento, encuentra una planta dentro de un zapato como una señal de vida. Aunque parece poco probable, sí es posible que una planta nazca a partir de los desechos.

Los tecnosuelos desarrollados desde 2018 en la Ciudad de México así lo demuestran. Esta solución está contemplada en la Ley Ambiental de la Ciudad de México que busca aprovechar residuos de construcción y demolición al mismo tiempo que reduce la explotación ilegal y la degradación de suelos en la capital. Esto es a partir de la sustitución de los suelos naturales, para la creación de áreas verdes.

Cosecha de lluvia

¿Qué pasa si al diagrama del ciclo del agua se le añaden nuevos elementos, como un separador de primeras lluvias, una serie de filtros, algunos dosificadores y una cisterna casera? La cosecha de lluvia o captación pluvial es vista como una posible solución a la escasez de agua que afecta a cerca del 26% de la población en la Ciudad de México, de acuerdo con datos del Sistema de Aguas.

Recuperar y aprovechar el agua que permea por la infraestructura de edificios es el objetivo de este tipo de sistemas, pero también busca garantizar la autonomía de las personas en la obtención de este recurso que en el caso de la capital se abastece de múltiples fuentes, principalmente fuera de su territorio.

Edificios sostenibles

En el año 2016, alrededor del mundo se construyeron 1,128 rascacielos que en total sumaron 30,301 metros de altura. El Consejo de Edificios Altos y Hábitat Urbano (CTBUH, por sus siglas en inglés) calificó ese año como el más alto en su historia. Uno de los edificios que contribuyó a esa medición final está en la Ciudad de México y lleva el nombre de la avenida más emblemática de la capital, la Torre Reforma, un rascacielos de 57 pisos.

¿Son los edificios altos compatibles con la sostenibilidad? Hace 15 años un estudio realizado por profesores de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Illinois reconocía a estos espacios por su potencial para convertirse en “jardines verticales”, pero con el desafío de ser energéticamente eficientes y multifuncionales, es decir, ofrecer espacios de vivienda, trabajo, comercio y esparcimiento.

Desperdicio cero

Cáscaras de frutas para hacer tepaches. Tallos y huesos para extraer aceites naturales. Botellas de vino vacías para hacer portavasos. Cascarones de huevo para elaborar distintivos. Todo con una sola meta, lograr el cero desperdicio. El concepto cero desperdicio o “zero waste” se popularizó en la década de los 90 de la mano del doctor Daniel Knapp, un activista del reciclaje, quien emprendió un viaje por Australia para impulsar su filosofía de aprovechamiento de materiales para minimizar el desperdicio. Para ello diseñó un esquema de 12 categorías que consideran bienes reusables, papel, metales, vidrio, textiles, plásticos, restos vegetales, perecederos, madera, cerámica, suelos y químicos.

Bicicletas ¿para todxs?

A nivel mundial, hay más de 9.6 millones de unidades que funcionan a través de más de 3,000 operadores de servicios, como Ecobici, el sistema público de la Ciudad de México que a lo largo de 15 años se ha consolidado como una alternativa a la movilidad motorizada.

En 2024, Ecobici cerró con un récord de 22 millones de viajes, 10 millones más que en 2023 y que supera por mucho los 76,462 viajes realizados durante su primer año de operación, en 2010. Los logros de su operación también se miden en términos ambientales. Según sus propios datos, desde 2022 (año en que el gobierno capitalino hizo ajustes al programa) logró la reducción de 2,000 toneladas de gases de efecto invernadero, equivalente a plantar 6,000 árboles nuevos.

El estudio “Tendencias territoriales determinantes del futuro de la Ciudad de México” del Consejo Económico y Social de la CDMX y el CONACYT, prevé que para 2030 la urbanización de la Cuenca del Valle de México alcanzará el 32% de la superficie

  • La CDMX ocupa el lugar 82, de un total de 100 urbes, en el Índice de Ciudades Sostenibles 2024, realizado por la consultora Arcadis en colaboración con la ONU
  • A finales de los 80, la capital vivía su peor crisis ambiental. En las calles, miles de aves con plomo, asbesto o cadmio en su sangre caían muertas de los árboles

*Texto adaptado para Chilango Diario

Encuentra la nota completa en nuestra revista de abril aquí