Fotografía cortesía
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió una alerta oficial el pasado 7 de julio debido a la presencia de una baja concentración de polvo del Sahara que afectaría a la Península de Yucatán. Además, se pronosticó la llegada de un nuevo pulso con concentraciones bajas de polvo sobre territorio nacional.
Este fenómeno, que se extiende por más de 10.000 kilómetros y cruza el Atlántico, ha afectado en años anteriores al Caribe y al sureste de Estados Unidos, incluyendo islas como Puerto Rico y partes de Florida. Incluso, el año pasado, ciudades como Murcia, en España, experimentaron cielos teñidos de rojo debido al polvo del Sahara.
El polvo del Sahara es transportado por los vientos alisios, que soplan regularmente de este a oeste y se intensifican durante los meses de junio a agosto. Se estima que cada año, estos vientos transportan alrededor de 100 millones de toneladas de polvo.
Los estados más impactados por el polvo del Sahara en México serán Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán entre el 10 y el 14 de julio. Existe también la posibilidad de que llegue a partes de Tamaulipas y Veracruz, para luego dirigirse hacia el sureste de Estados Unidos.
Aunque el polvo del Sahara es beneficioso para la fertilidad de los suelos amazónicos y reduce la formación de nubes, puede tener efectos negativos en la salud humana. Aumenta las temperaturas y puede causar irritación en la garganta, sequedad en los conductos respiratorios y en la piel, así como agravar los síntomas alérgicos en algunas personas.
Se recomienda evitar salir al exterior durante los períodos de alta concentración de polvo, buscar refugio en lugares cerrados y cerrar todas las aberturas que conecten las habitaciones con el exterior para evitar la exposición. Es importante mantenerse informado sobre la evolución de este fenómeno y seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias.
Aunque el polvo del Sahara presenta inconvenientes, también desempeña un papel importante en la fertilización de los suelos y la regulación de los ciclones tropicales. Durante este período, es fundamental priorizar la protección de la salud y el bienestar de la población.
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