Los especialistas en el tema mencionan que las emociones positivas y buenas influyen en el aprendizaje
El bajo rendimiento escolar ha sido señalado por mucho tiempo a la incapacidad de aprendizaje, sin embargo, la perspectiva ha evolucionado, pues se ha reconocido que una buena alimentación y salud mental influyen en el éxito educativo.
La pandemia de Covid-19 exacerbó esta realidad, reveló que la depresión, ansiedad y estrés pueden impactar negativamente el rendimiento académico. Guadalupe Elizabeth Morales Martínez, doctora del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, enfatiza que la salud mental es crucial para el almacenamiento de información y el aprendizaje efectivo.
La salud mental abarca el bienestar emocional y psicológico, habilitando a las personas a afrontar el estrés y adaptarse a su entorno. No solo implica evitar desórdenes emocionales, sino también crear condiciones propicias, como entornos sin violencia y hábitos de sueño adecuados. Estos factores permiten que el cerebro se encuentre en estados de conciencia propicios para el aprendizaje.
Investigadores como Reinhard Pekrun demostraron que las emociones influyen en el aprendizaje. Es decir, las emociones positivas, como la esperanza, mejoran el rendimiento, mientras que las negativas, como la ansiedad, pueden tener efectos ambivalentes. Durante la pandemia, los estudiantes enfrentaron situaciones que afectaron su salud mental, como la pérdida de seres queridos, asilamiento, poca interacción social y la incertidumbre.
La Dra. Morales Martínez destaca la importancia de proporcionar a los estudiantes herramientas para enfrentar desafíos tanto académicos como personales. Aprender a manejar la ansiedad y la depresión es esencial para todos. Factores individuales, sociales y estructurales influyen en la salud mental de los estudiantes, pero hay estrategias para mantenerla.
Recomendaciones incluyen una alimentación adecuada, ejercicio regular, relaciones socioafectivas saludables y educación emocional. La organización del tiempo es crucial, y es necesario limitar distracciones como el uso excesivo de dispositivos electrónicos. Las instituciones educativas pueden implementar programas de prevención y concienciación para promover la salud mental.
En resumen, la salud mental desempeña un papel esencial en el rendimiento escolar. Un equilibrio entre lo físico, mental y social, así como el manejo de emociones, permite a los estudiantes alcanzar su máximo potencial académico y contribuir positivamente a su entorno.
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