“Brasil a prueba”, por @DRabasa

Luiz Ruffato nació en el poblado de Cataguases en el estado de Minas Gerais, Brasil en 1961. Hijo de una familia pobre de inmigrantes europeos (la madre lavaba ropa y el padre vendía palomitas), hoy es una de las figuras literarias más importantes que hay en su país. Hace unos meses, la joven y muy atractiva editorial mexicana Elphas publicó El mundo enemigo, la segunda novela de una serie de cinco que Ruffato ha escrito sobre la población proletaria de Brasil.

Dos cosas híper brasileñas atraviesan su escritura: un ritmo endemoniado (“Que hablen, que piensen lo que quieran: un marido adúltero, una hija desalmada, un hijo tonto. ¡Vaya legado! Paciente, aguardaba su turno de ganar, de mostrar las cartas, su día no tardaría, lo presentía”) y un manejo de la narración muy sobresaliente: la historia comienza con dos hombres, luego va a su infancia, luego nos presenta a sus padres, hermanos, patrones, vecinos, etcétera, hasta formar una especie de coro de hombres y mujeres anegados en un mar de violencia, atrapados por su condición, cansados de ver sus sueños triturados, cansados de tener que trabajar para poder sacar el día adelante. Un libro duro, que retrata con crudeza y precisión una realidad más dura aún.

El nuevo movimiento de indignados brasileño es difícil de comprender. Lo es para los brasileños (recomiendo mucho leer el artículo de Eric Nepomuceno publicado en La Jornada hace unos días titulado “Un millón en las calles”) y mucho más para los que lo vemos de lejos. Dice Nepomuceno en su artículo: “La clase política permanece atónita. Es como si nadie supiese la extensión de la distancia que separa los políticos profesionales de la realidad del país”. Un total desencuentro entre la clase política y sus “representados” (¿suena familiar?) ha dado pie a un movimiento social de enorme envergadura.

Nadie sabe a ciencia cierta hacia dónde va a girar el movimiento. Unos temen que los actos vandálicos (como por ejemplo el realizado contra el Ministerio de Relaciones Exteriores en Brasilia, uno de los edificios más bellos del arquitecto Oscar Niemeyer) justifiquen los afanes represores de los grupos más conservadores de la política brasileña. Otros creen que será un punto de quiebre que ayudará a reconducir las prioridades del gobierno.

Además de las noticias periodísticas, que corren el riesgo de ser apresuradas, sesgadas o de estar abiertamente manipuladas, podemos acercarnos a la literatura de este país para comprender de dónde viene este profundo malestar social. Libros como el de Ruffato muestran los orígenes de la pobreza y la desigualdad brasileñas que hoy han provocado un estertor social que le ha dado la vuelta al mundo.

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*Diego Rabasa es parte del consejo editorial de Sexto Piso y del semanario capitalino La semana de Frente.

(DIEGO RABASA)