Para lograr un diagnóstico oportuno y con ello la atención temprana de la displasia de cadera, la Secretaría de Salud del Distrito Federal estableció que por ley se tienen que realizar exámenes clínicos en los recién nacidos.
La prueba se hará durante la primera semana de nacimiento, así como en el primer, segundo, cuarto, sexto, noveno y doceavo mes de edad.
A quienes se les detecte alguna anormalidad se les realizará una toma de ultrasonido de cadera, así como una radiografía de pelvis, durante el primer y cuarto mes de vida.
Entre otros cambios se encuentra la atención dirigida a niños y niñas para detectar y prevenir a tiempo los tumores pediátricos.
¿Qué es la displasia de cadera?
La displasia en el desarrollo de la cadera es definida por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), como una enfermedad congénita que “integra anormalidades anatómicas que afectan la articulación de la cadera del niño, incluyendo un borde anormal del acetábulo (cavidad de un hueso en el que encaja con otro)”, lo cual afecta el desarrollo de la cadera del menor. “Frecuentemente se puede acompañar de otras malformaciones congénitas”.
Si no es atendida a tiempo, de acuerdo con el instituto, puede derivar en enfermedades articulares degenerativas a temprana edad, así como la persistencia del dolor para el paciente.
En caso de que la enfermedad se detecte después de los seis meses de edad, las secuelas en la mayoría de los casos son irreversibles, explica el IMSS.