En los próximos 60 años la temperatura máxima en el Distrito Federal podría elevarse hasta en 4.2 °C, aún cuando el país se comprometió con la comunidad internacional a que el incremento no estaría superaría la barrera de los 2 °C contemplados por el G8.
Sedientos
La investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Fabiola Sosa Rodríguez, explicó que entre las afectaciones más preocupantes se encuentra la escasez de agua en la metrópoli, pues la disponibilidad de este líquido se redujo 53% en los últimos 40 años.
En 1971 cada mexicano contaba con 9 mil 791 metros cúbicos de agua a su disposición, pero en 2005 la cifra bajó a tan solo 4 mil 573 metros cúbicos. La situación es complicada en el país, pero en la ciudad solamente se tienen 192 metros cúbicos por habitante.
Sin lluvias
En términos de la precipitación anual, ésta disminuirá en promedio 10.4 % para la década de 2070; aunque los modelos IPSLCM4-SR-A1B y A2 de la UAM proyectan que incluso podría bajar hasta 50%, impidiendo la filtración de más líquido al manto acuífero.
La investigadora que recibió esta semana el Premio Becas para Mujeres en las Humanidades y las Ciencias Sociales, otorgado por la Academia Mexicana de Ciencias, señaló que una disminución de tal magnitud amenazaría la salud y el bienestar de la población.
“El problema básico es que no sabemos cuidar el vital líquido y la población no es consciente de lo caro y complicado que resulta su abasto”, relató Sosa Rodríguez.
Actualmente la doctora adscrita al Departamento de Economía de la Unidad Azcapotzalco desarrolla un modelo de toma de decisiones que guíe la gestión y la política del agua mediante la construcción de escenarios que analicen las consecuencias en la prestación del servicio.