A diario crece el número de capitalinos que usan la bicicleta como un medio de transporte para ir a su trabajo, a citas de trabajo o para evitar el tráfico.
Y uno de los lugares favoritos es la ciclopista de Reforma.
A pesar de todos los esfuerzos por generar una cultura que proteja y beneficie a los ciclistas, las infracciones no paran a lo largo de todo el recorrido: desde gente que la usa como extensión de la banqueta, policías que imponen su autoridad y violan el reglamento, hasta carros que lo aprovechan como estacionamiento, y pocos son sancionados
(ALEJANDRO PIÑA)