La Clínica de Autismo de Azcapotzalco es pionera en su tipo, al ofrecer un servicio público a las personas con esta condición en el país y América Latina
Por Mario Rojas R.
Para lxs chilangxs que viven con Síndrome de Asperger, la Ciudad de México cuenta con una Clínica de Autismo, que además es la única unidad de servicios de salud pública que atiende esta condición en México y en América Latina. Ubicada en la alcaldía Azcapotzalco, en el Centro de Salud Dr. Galo Soberón, la clínica atiende al día a 70 personas con el espectro autista.
De acuerdo con Rosalba Rueda Tesillo, psicóloga adscrita a la Clínica de Autismo, el Síndrome de Asperger es parte del Trastorno del Espectro Autista (TEA) y se caracteriza porque las personas con esta condición presentan dificultades en la socialización, así como dificultades para sensibilizar el pensamiento o conductas restrictivas: “son personas a quienes les cuesta trabajo generar vínculos referentes a poder platicar con otras personas de manera abierta o espontánea, generalmente buscan la socialización, pero no saben cómo iniciarla, cómo mantenerla y cómo finalizarla”.
Este centro de salud cuenta con un equipo multidisciplinario conformado por especialistas en psicología, paidopsiquiatría, psiquiatría, terapeuta de lenguaje, terapia física y masoterapia, explica la doctora en entrevista con + Chilango. Como no existen pruebas biológicas para el diagnóstico de esta condición, se aplica una valoración médica paidopsiquiátrica, evaluación psicológica y psicopedagógica de acuerdo con la edad, para identificar el estado de cada persona.
Una clave: la verbalización
La diferencia entre alguien con Asperger y autismo radica en el uso de la verbalización: “Aunque es la misma condición, una persona con las características de Asperger, a diferencia de los autistas, tiene un mayor manejo de la verbalización, tiene una regularidad verbal, es decir, pueden alcanzar un diálogo como los que tenemos las personas neurotípicas para poder comunicarse con los demás o comunicar sus necesidades; también [cuando están en la infancia] son personas que llegan a tener un lenguaje muy sofisticado, como si fueran pequeños adultos, porque son palabras que ningún niño usaría o que ni siquiera conocen”.
El Síndrome de Asperger es un trastorno neurobiológico, es decir, hay varios factores ambientales, genéticos y de la estructura que influyen en su aparición: “Se debe al funcionamiento neurológico y aunque no está aceptado completamente se dice que es una forma de cognición o de pensamiento distinto; los estudios realizados hasta hoy muestran que la genética no es una relación determinante, pero hay casos en que, si el papá tiene el síndrome, el hijo también lo puede tener”, establece Rueda Tesillo.
Dentro del TEA, el Síndrome de Asperger se cataloga como nivel 1 y a diferencia de personas con autismo nivel 2 o 3, “el lenguaje no es determinante porque hablan regularmente, sin embargo, muestran dificultades para socializar con otros pequeños y su pensamiento es inflexible, entonces no hacen las cosas al igual que otros niños, les cuesta trabajo poner atención en algunos momentos o tienen lo que se llama hiper foco de atención, es decir, ponen demasiada atención a un tema y les cuesta trabajo salir de él”.
No es una enfermedad, por lo tanto, no “se cura”
Se considera que esta condición neurológica se presenta más en el género masculino que en el femenino. Para la Asociación de Asperger Sevilla (España), por ejemplo, hay una prevalencia de seis hombres por cada mujer; sin embargo, para la doctora Rosalba Rueda, “hay una probabilidad de que también las mujeres cuenten con el Síndrome de Asperger”.
La especialista comenta que quienes tienen el Síndrome de Asperger vivirán con él toda su existencia. “Es una condición de vida y realmente no hay cura, sin embargo, hay tratamientos que ayudan a sobrellevar la dificultad en diferentes áreas, pero es una persona que va a tener estas características a lo largo de su vida y lo que desde la ciencia médica se puede hacer es enfocarse principalmente a generar conductas adaptativas”.
Es decir, en las diferentes etapas de la vida hay que estimular para que “puedan tener amigos, puedan tener pareja. Con un tratamiento adecuado la calidad de vida aumenta y se pronostica que puedan tener conductas adaptativas regulares y de esa manera ejercer su vida libremente”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe el Síndrome de Asperger como un trastorno generalizado del desarrollo infantil, incluido en la parte más funcional del TEA. Se estima que afecta a siete de cada mil infancias en el mundo. En México, aproximadamente 120 mil personas viven con esta condición y la mitad de ellas llega a la edad adulta sin diagnóstico, factor clave para mejorar la calidad de vida de estas personas, pues el tratamiento es más efectivo cuando inicia antes de los tres años, toda vez que el cerebro está en pleno crecimiento.