Algunos seguramente no se acuerdan. Otros o eran muy jóvenes o simplemente no habían nacido. Porque hablo de los años 80.
Los que éramos jóvenes entonces recordamos que había ciertas reglas que uno debía respetar para sobrevivir en esta ciudad. Y quizá una de las más importantes era identificar a los judiciales.
¿Recuerdan lo que sentías cuando ibas manejando, ya de noche, y se emparejaba un Dodge Dart, sin placas, con dos hombres de lente obscuro? La regla: no los voltees a ver. Una mirada, un cerrón, algo que ellos consideraran “sospechoso” te podía costar caro: cárcel, golpes, dinero…
No exagero.
Por supuesto, mucho ha cambiado desde entonces. Pero no lo suficiente.
La izquierda, después de 15 años, no ha sido capaz de erradicar la impunidad de las fuerzas policíacas. Ni siquiera ahora que el jefe de Gobierno fue procurador de Justicia.
La izquierda se topó con problemas desde su primer gobierno. Cuauhtémoc Cárdenas nombró al arranque de su trienio a un director de la Policía Judicial acusado de participar en la tortura y muerte de un joven en Baja California. Y puso como subsecretario de Seguridad Pública a uno acusado de participar en el Batallón Olimpia, actor central de la matanza de Tlatelolco, en 1968.
El mismo Marcelo Ebrard perdió su cargo como Secretario de Seguridad Pública en 2004, cuando en Tláhuac lincharon a dos agentes de seguridad. Y Joel Ortega cayó en 2008 por News Divine.
Hoy, ciertamente, existen mecanismos para enfrentar abusos policíacos. Pero persiste el uso discrecional de la fuerza pública y la impunidad, particularmente de mandos medios y superiores. Traigo esto a colación porque la Comisión de Derechos Humanos del DF finalmente terminó la investigación sobre las detenciones del primero de diciembre, cuando Enrique Peña Nieto tomó posesión.
La Comisión demostró que la detención de 94 personas aquel día se basó en testimonios falsos de 22 agentes -13 de la Secretaría de Seguridad Pública y 9 de la PGJDF-, que inventaron pruebas, testimonios, así como la hora y el lugar de arresto. ¿Quién lo ordenó?
Peor aún, la Comisión demostró que medio centenar de los verdaderos responsables de aquellos hechos no sólo no fueron detenidos, sino que pudieron actuar con libertad.
La policía capitalina –dice la CDHDF- no sólo les permitió actuar con impunidad, sino que, por el contrario, al mismo tiempo que éstos realizaban actos vandálicos, los cuerpos de seguridad “ejecutaban detenciones de personas que se manifestaban pacíficamente”. Algo parecido a lo que acabamos de ver, hace apenas cinco días, en el #OcupaTelevisa o en las manifestaciones del primero de Mayo.
¿La izquierda no puede con su policía? ¿No quiere? ¿No hay mandos responsables de lo ocurrido el 1 de diciembre? Porque ya pasaron cinco meses y aún no sabemos quiénes destruyeron locales y mobiliario urbano y quiénes los dejaron actuar.
No es suficiente que ya no tengamos que asustarnos ante un Dodge Dart sin placas. Ni podemos olvidarlo tan fácil.
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*Periodista, ha trabajado en diversos medios como Reforma, Milenio y El Universal. Actualmente dirige AnimalPolitico.com y colabora en distintos espacios radiofónicos, como en Fórmula y Reactor 105.[email protected]