“Corruptos”: así ven los chilangos a sus funcionarios

El 95.3% de los chilangos percibe al sector público de la Ciudad de México como corrupto, lo que la convierte al DF en el lugar del país donde peor se percibe a sus gobernantes, si se compara con otras zonas, de acuerdo con datos del estudio México: Anatomía de la Corrupción.

La Ciudad de México “es un blanco vulnerable para la corrupción, porque en ella confluyen los poderes de gobiernos tanto federales como locales, y además se dan la mayor parte de las transacciones económicas del país. Las oportunidades de corrupción se multiplican en la Ciudad de México”, dijo María Amparo Casar, del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y autora del estudio.

De acuerdo con la especialista, las delegaciones representan el ámbito gubernamental local en donde más casos de corrupción se presentan.

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“Actualmente de los 16 delegados, 12 pidieron licencia para contender por un nuevo puesto y seguramente pedirán fuero próximamente y quedarán impunes los presuntos delitos en que han incurrido”, explicó la autora.

En la presentación del estudio, Sergio López Ayllón, especialista del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), dijo que el DF es el mejor ejemplo para representar los casos de corrupción en mediana y baja escala a nivel nacional, aquellos que se dan para agilizar trámites y servicios, así como la obtención de licencias y permisos.

De acuerdo al estudio, el 33% de los sobornos que realizan las empresas a nivel nacional van directamente a las delegaciones o, en su caso, a los municipios.

“Hay tal desastre normativo que es imposible saber cuál es la autoridad competente y cuándo confluyen más de dos autoridades para resolver un problema o atender una solicitud, se vuelve un escenario propicio para la
corrupción”, dijo el especialista.

En el ámbito de los negocios pequeños y medianos, las políticas de verificación también abren un campo grande para la corrupción. “Tienen que cumplir con tantos requisitos que la amenaza de sanción es la clausura y como no hay un mecanismo para levantar rápido la clausura, eso significa esencialmente la quiebra, para ellos es mejor pagar la mordida”.

LO QUE SE DEBE HACER

Para que se elimine la corrupción, aseguran los especialistas, se deben crear no sólo políticas públicas a gran escala que ameriten una sanción, sino establecer políticas públicas pequeñas que tengan una incidencia directa en la transparencia y que vayan haciendo eco a gran escala.

El alcoholímetro en el DF, dice López Ayllón, “es un ejemplo de las políticas que se deben realizar, incluso a nivel percepción se observa que es un modelo que ya se ve como incorruptible”.

(Alejandra Crail)