Daños a “El Caballito”, en los ojos de la autoridad

El 17 de septiembre, las calles aledañas al Zócalo estaban totalmente rodeadas por cuerpos de seguridad, en medio de un cerco policiaco, mientras, un grupo de empleados de la empresa “Marina, restauración de monumentos” intervino –sin permiso- una escultura que data de 1795, “El Caballito” de Manuel Tolsá, la cual ahora sufre daños irreversibles, aseguró el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

¿Cómo sucedió esto? “Fue un lamentable problema de falta de coordinación”, explicó Inti Muñoz, director del Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México. La empresa fue contratada por esta instancia para mejorar el pavimento y el mobiliario urbano de la Plaza Tolsá, el INAH había dado su autorización, pero ésta no incluía la estatua de Carlos IV.

El 20 de septiembre, la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos confirmó que no existía un documento que avalara o autorizara la intervención de la escultura, ese mismo día, un restaurador de la Coordinación Nacional de Conservación de Patrimonio Cultural del INAH visitó la obra y la detuvo, pero ya el daño estaba hecho, el 50% de la cubierta de patina de “El Caballito” estaba estropeado.

AFILAN LA TIJERA

El secretario de Gobierno del DF, Héctor Serrano, reconoció que ante estos irreversibles daños causados a la estatua, se hará responsable tanto al Fideicomiso como a la Autoridad del Centro Histórico o, incluso, a la propia Secretaría de Gobierno de la cual dependen estos dos órganos capitalinos, esto por ser quienes dieron el permiso a la empresa y no pidieron supervisión del INAH.

“Bueno, sí existió una solicitud para intervenir el monumento, pero fueron presentados de forma extemporánea por el Fideicomiso del Centro y por Arturo Javier Marina Othón una vez que se dieron cuenta del error cometido”, explicó.

Tanto las sanciones como los posibles despidos se darán una vez que haya terminado la investigación que ya comienza la Procuraduría de Justicia del DF.

“Vamos a actuar en consecuencia de la recomendación, el protocolo o la forma en la que el INAH determine lograr restablecer las condiciones de este monumento”, estableció el funcionario.

Serrano dijo que la empresa, comandada por Arturo Javier Marina, ya ha realizado varias obras en la ciudad y que si tienen algunas en proceso o a punto de iniciar, serán suspendidas. Añadió que el pago por este trabajo en la Plaza Tolsá iba a ser de 260 mil pesos.

Aún con los daños hecho, Alejandra Moreno Toscano, Autoridad de Centro Histórico, aseguró que la escultura, en sí, no tuvo ninguna afectación, y las que tuvo la cubierta, serán remediadas por un equipo de expertos restauradores.

El ácido más fuerte

La intervención con ácido nítrico ocasionó los siguientes daños:

1. Pérdida irreversible de la pátina original a causa del uso de ácido nítrico al 30%.

2. Manchas en el mármol del pedestal por el escurrimiento y absorción de la solución del ácido nítrico y por salpicaduras de óxidos de hierro de los andamios.

3. La intervención realizada no contó ni cuenta con la autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

4. Al realizar los tratamientos sin autorización, se violó la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos y su Reglamento.

 (CRISTINA SALMERON)