La precontingencia ambiental nos tiene jodidos a los alérgicos. Los paisajes se tornan grises y la culpable fumarola del Popocatépetl no se observa ni de milagro en el horizonte. Sí, la rinitis se ha convertido en tortura para mi nariz estos últimos días, también para el tiempo en que suelo caminar en mi colonia. Son estos nuestros días donde es mejor un gimnasio techado que un parque: curiosa modernidad peleada con la recuperación de los espacios públicos en la ciudad.
Estaba pues recién resguardado de la contaminación fuera de rango de la cual me enteré por twitter (siguiendo la cuenta @aireDf), cuando me doy cuenta del tema de escarnio moral público del día: en dicha red social, una joven acusó a su novio de golpearla. Para ello, subió fotos de un ojo muy lastimado… y del acusado.
La joven resultó ser la hija del director del CISEN y el novio, resultó ser el nieto del Procurador General de la República (a’pa parejita, pensarán varios de ustedes).
Lo que me preocupó y de sobremanera, es que medios formales como SinEmbargoMx y la Revista Proceso reportaron, con aire de toda veracidad, que lo anterior había sucedido, sin pruebas ni investigación de por medio y dando por buena la información que corría en internet.
Preocupa porque en estos tiempos de redes sociales y denuncias ciudadanas es cuando los medios formales deben sacar la casta para diferenciarse del usuario y usuario común: el rigor periodístico de investigar toma hoy un valor altísimo. En especial, cuando ya hemos visto los peligros de no hacerlo: la bolsa de Nueva York se desplomó hace unas semanas cuando el llamado Ejército Electrónico de Siria hackeó la cuenta del Associated Press en twitter y dio la falsa noticia de que había sucedido un atentado en la Casa Blanca. De no haberse informado rápidamente por canales oficiales de esta usurpación de identidad y que el rumor era falso, se pudo crear una catástrofe financiera.
Imagínense que los medios no hubieran investigado los rumores que tantas veces se han puesto de moda en nuestra ciudad: las jeringas infectadas con SIDA en los cines y en las cunetas de cambio de los teléfonos públicos, las papas sabrienvenenadas, los refrescos con dedos humanos, los robos de saldo de celulares si te piden marcar un número y pandillas que te balean si les echas las luces altas en la madrugada en pleno Paseo de la Reforma.
Por eso, en nuestros días de contingencia ambiental, agreguemos la contingencia informativa. Los medios formales no deben nunca tomar como verídica una información/rumor en redes sociales sin antes investigarla. En su momento, cuando estos medios dieron a conocer como cierta la historia de la mujer golpeada, ni siquiera se sabía si la cuenta de la acusante era real. No había declaraciones de ella: solo de la cuenta de twitter. No había denuncia real ni un sin fin de variables que los informadores profesionales deben cuidar.
No hace mucho se creó caos en la zona poniente de la ciudad cuando en redes sociales reportaron falsamente olas de violencia importadas de Neza. Tampoco olvidemos el caso de Cayetano -el perro callejero falsamente abandonado en el DF-, nota que recorrió el país en minutos y donde todos volcaron su indignación contra una mujer que resultó ser inocente.
Ya de noche, me asomé a la ventana y la ciudad se presentaba más tranquila (al menos no se observaba la capa de nata de la contaminación). La cuenta de Presidencia de la República en twitter replica un boletín de prensa de la Procuraduría donde se acepta que el nieto del procurador “está arrepentido de su comportamiento”.
En esta ocasión, los medios tuvieron suerte de que se confirmara el rumor. En otro caso, ¿qué pudo haber pasado?
¡Anímate y opina!
* J. S. Zolliker. Emprendedor. Empresario. Liberal. A veces escritor. Me gusta hacer que las cosas sucedan. Me apasionan la historia, la fotografía y la lectura.
(J. S. ZOLLIKER)