Únicamente 10% de las personas que integran el equipo del Heroico Cuerpo de Bomberos en la Ciudad de México son mujeres. La mayoría desempeña actividades administrativas y solo 65 son las que acuden a las emergencias que acontecen en la capital.
Nelly González es uno de estos elementos operativos. Ella labora en la Estación Central, ubicada en la colonia Merced Balbuena, dentro de la delegación Álvaro Obregón, y ya ha dedicado una cuarta parte de su vida a esta particular profesión.
“Cuando te quitas el casco, te quitas la monja, y la ciudadanía ve que eres una mujer; por una rara situación, no sé por qué, aparte de que les causa gran sorpresa, la gente confía, se tranquiliza un poco”, comentó la mexicana de 28 años de edad.
¿Labor de varones?
No es fácil desempeñarse como bombero siendo mujer, pues se requiere de un gran esfuerzo físico. Tan solo cargar el equipo durante varias horas es un reto, ya que pesa cerca de 15 kilogramos seco y hasta 21 cuando está mojado.
“Es un poco difícil porque requiere más constancia. Por naturaleza, Dios le dio más fuerza al hombre que a la mujer, pero no es imposible. Con constancia y amor todo se puede realizar”, relató González González durante la entrevista.
El machismo es una de las razones por las cuales no hay más presencia femenil dentro de esta profesión, en la cual no solamente hay que apagar incendios, pues también se atienden fugas de gas, enjambres de abejas, árboles caídos y hasta accidentes vehiculares.
El tiempo rinde frutos
Aunque la familia de Nelly apoya lo que hace, no fue sencillo convencer a su madre, quien durante los primeros días de labor la llevaba a la estación y trataba de esperarla el mayor tiempo posible por temor a que algo pudiera sucederle.
“Descubrí que como mujer es un privilegio desarrollar un trabajo que teóricamente es para los hombres. Nada más llegar a la corporación y ayudar a la ciudadanía es algo que no tiene precio, es una gran satisfacción como persona y como mujer”, culminó.
(IGNACIO GÓMEZ | MÁS POR MÁS)