Al igual que sucedió en el conflicto del parque Reforma Social, un grupo de civiles armados irrumpió en un predio irregular en Coyoacán para desalojar por la fuerza a unas 80 familias, dejando cuatro heridos por arma de fuego y otros 20 lesionados.
El enfrentamiento entre los habitantes y los agresores –supuestamente pertenecientes al Frente Popular Francisco Villa- comenzó a las 5:00 de la tarde del lunes y se extendió por más de tres horas.
Durante el conflicto se reportaron detonaciones de arma de fuego y enfrentamiento con palos, tubos y piedras.
Fue hasta que los habitantes del predio abandonaron las viviendas y el grupo de choque tomó el control del campamento, que unos 300 granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública del DF cercaron el acceso al lugar para dar inicio a las negociaciones entre los desalojados y las autoridades de la Secretaría de Gobierno.
Rosa Marín, quien aseguró vivir desde hace 15 años en el predio de Maya 58 de la colonia Ajusco Coyoacán, denunció que el grupo de choque destruyó y quemó algunas viviendas de lamina de cartón sin que la Policía Auxiliar de la Delegación Coyoacán interviniera para evitar la violencia.
De acuerdo a la versión de Marín, desde hace varios meses el Gobierno del DF, que es propietario de 3 mil 500 de los 11 mil 500 metros cuadrados del predio en conflicto, inició trámites para llevar a cabo un proyecto de regularización y construcción de vivienda de interés social con las familias que habitan en la zona.
La habitante del predio de Maya 58 dijo estar preocupada por las pertenencias que quedaron en las viviendas y por la posibilidad de que los integrantes del grupo de choque permanezcan en el lugar por tiempo indefinido.
“No tenemos a dónde ir y esperamos que el Gobierno y la Delegación nos apoye”, dijo la señora Marín, quien hasta el filo de la medianoche esperaba por fuera del cordón policiaco para saber si podrían o no regresar a sus viviendas.
Marín también exigió a la Procuraduría investigar y castigar a los responsables de las lesiones ocasionadas durante el desalojo
(MANUEL LARIOS)