La reapertura del multiforo, un auténtico referente de la cultura alternativa en la CDMX, promete darle continuidad a un legado que nunca ha dejado de palpitar
Por Alejandro Mancilla*
El olor a espuma de cerveza, las filas de noctámbulxs en plena plática banquetera esperando la señal para entrar, el sudor, los tatuajes y los raros peinados nuevos, un zumbido en la cabeza después del concierto, las camisetas, el diseño gráfico, los graffitis, las máscaras de lucha libre, el surf y el ska de periferia, los pines de bandas de indie-rock y el sentimiento de pertenecer a una cofradía: todo nos remite a la nostalgia hoy reencarnada en una nueva locación que da continuidad a la historia. “Seguimos pensando, igual que ayer, que el futuro no existe, por eso vivimos en el hoy”, asegura Nacho Pineda, dueño y artífice del Alicia.
El mítico espacio colectivo abrió sus puertas originalmente en 1995 en la colonia Roma y se convirtió en un destino icónico del movimiento independiente capitalino: “Su surgimiento fue clave en el apoyo a las agrupaciones subterráneas, entre las que estábamos nosotras y varias bandas femeninas, por eso el lugar fue relevante para el empoderamiento de las mujeres en el rock”, afirma Jenny Bombo de Las Ultrasónicas.
En este 2024 de TikTok, inteligencia artificial y pluriculturalidad, el Alicia retorna cual ave fénix, con nuevos bríos y una mudanza a la Santa María la Ribera, a 10 minutos de la estación del metro Buenavista, del tianguis del Chopo y del kiosco de la colonia. Alrededor de la leyenda se pueden rastrear los más idílicos relatos de conciertos nacionales e internacionales que marcaron a más de una generación: Austin TV, Antidoping, Descartes a Kant, Los Esquizitos, Manu Chau, Babasónicos o Sonido Gallo Negro.
“Una enseñanza del Alicia es la resistencia, y espero que en la reapertura se mantenga la misma filosofía rebelde pero más allá de los géneros, porque hoy veo que la juventud no sólo hace rock, sino también hip hop, reggaetón, folk o post-punk; ojalá se arrope todo tipo de manifestaciones”, comparte Israel Ramírez, de Belafonte Sensacional, una de las bandas de casa.
Ni antro ni bar
El Multiforo Alicia es un centro cultural que ofrece conciertos, conversatorios, presentaciones de libros, talleres, radio digital, teatro, danza y un cineclub en ciernes. “Pensaba retirarme, pero luego de descubrir este lugar que parecía una foto de Blade Runner con la contraluz y los rayos del sol atravesando el polvo y las palomas sobrevolando, supe que era el momento para reiniciar todo”, confiesa Nacho Pineda, “toda la cuadra era un convento-cementerio y una iglesia cristera de los años 20 […] alrededor de la Santa María la Ribera no había movimiento nocturno, ahora siento más de nuestro lado al barrio y a su gente”.
El espacio (que asemeja un templo sónico perdido en una colonia tradicional) puede albergar hasta mil personas, cuenta con iluminación, equipo de audio y un escenario renovados; dentro, un collage conformado por algunos de los carteles emblemáticos revive a esos fantasmas underground que ya se instalaron en su nuevo hogar; un mural casi terminado a cargo de Ismael Olivares AMRA, las caligrafías de Rod Sandías y algunos alebrijes también evocan al ayer y lo plantan en el presente.
“Es importante este nuevo ciclo y pasar la estafeta para que lxs que vienen tengan su propio Alicia; nosotros éramos la generación que criticaba y ahora somos a la que van a criticar”, asegura Big Máscara de Sr. Bikini sobre el renovado espacio que desde el 23 de marzo comenzó a reivindicar de nueva cuenta el estilo de vida alternativo y la cultura independiente chilanga. ¿Qué podría ser más punk que esta inesperada resurrección?
El tiempo de cambio
Fue en diciembre de 2022 que el Multiforo Alicia anunció el fin de su proyecto luego de “27 años de fiesta”, por lo cual dedicaría los dos primeros meses del siguiente año a su despedida. Por fortuna, el Multiforo Alicia encontró una nueva oportunidad. Ya no está su icónico graffiti de un gato rockanrolero recibiendo a la gente, pero llegó un nuevo gato de Cheshire que destaca al lado del zagún negro, la nueva entrada a la locura independiente
*Texto adaptado para + Chilango