27 de enero 2025
Por: Xally Miranda

El movimiento antinuclear también es “tradición mexicana”

El artista chilango Pedro Reyes habla sobre su postura antinuclear con el estreno en Mubi de su cortometraje Under the Cloud

Desde hace varios años, Pedro Reyes ha mostrado una postura “antibélica” en su arte. Recuerda que en 2007 (aproximadamente) empezó a trabajar con el tema del desarme, que lo llevó a realizar una campaña de recolección de armas de fuego para convertirlas en palas para plantar árboles o en diferentes instrumentos musicales. 

Sin embargo, en 2020 vendría una colaboración con Bulletin of the Atomic Scientists a partir de la cual se enfocaría en el movimiento antinuclear. Esto nos lleva hasta exposiciones como “Amnesia atómica”, que recientemente estuvo en el Museo Anahuacalli, y su corto documental Under the Cloud, de estreno en la plataforma Mubi.

El escultor chilango aclara que, si bien le ha gustado mucho recuperar esta problemática en sus piezas, su inquietud artística también surgió de un sentir genuino: “A mí sí me preocupa que el mundo se acabe por la bomba atómica”, subraya en entrevista. Y, aunque muchxs no lo sepan, a México también. 

Una postura que le da orgullo

En Under the Cloud (Bajo la nube), Reyes explora los efectos nocivos de la energía nuclear a través de la explotación de uranio en Nuevo México (Estados Unidos) y sus consecuencias. Con entrevistas y material de archivo, hace referencia al “colonialismo nuclear”, ese abuso que se ha ejercido para probar el poder atómico a costa del bienestar de personas vulnerables. 

México no tiene una industria nuclear potente. Su única central nucleoeléctrica es la de Laguna Verde, en Veracruz y, por lo que se sabe, no habrá más apuestas por este tipo de energía en el futuro próximo. Algo que no va desfasado de la postura pacifista del país.

Reyes destaca, por ejemplo, el papel que México ha tenido en la lucha con momentos como la convocatoria para la firma del Tratado de Tlatelolco en 1967, que permitió la creación de la primera zona libre de armas nucleares, o el activismo antinuclear de Frida Kahlo y Diego Rivera, que se ve plasmado en el boceto del mural Pesadilla de guerra, sueño de paz. Fantasía realista (1952). Además, menciona la doctrina Estrada, que defiende la soberanía frente a las intervenciones extranjeras.

“Creo que debemos de sentirnos muy orgullosos de nuestra política exterior y, si bien no es muy conocido, porque si tu pregunta es genuina en el sentido de que muchas gentes me ven raro y me dicen ‘¿por qué a ti te preocupa esto de la guerra nuclear?’, en realidad es una tradición mexicana”, expresa el artista y activista.

Más radicalizado

Aunque ya estaba a favor de la abolición de armas nucleares, Reyes afirma que su postura “se radicalizó” y se volcó contra la energía nuclear luego de lo que encontró en Nuevo México. En el corto se puntualizan los problemas de contaminación que se han generado por causa de la industria nucleoeléctrica y los de salud que sufren quienes habitan allí por la constante irradiación.

“Era una opinión poco popular hablar más de la energía nuclear [que del desarme nuclear] porque mucha gente la ve como algo ecológico, pero en realidad ya que ves todas las externalidades, el costo que tiene a nivel de los desechos radiactivos y del agua que utiliza, no es sustentable. Era una opinión poco popular que quise visibilizar, una opinión más radical que la que tiene en mis colegas en el sentido de que, si quieren prohibir las armas, se tienen que concentrar en una cosa”, explica.

La diferencia, aclara, es que el arte le da más libertad para hablar de todos estos problemas de forma holística. Y en el cine, indica antes, encontró que muchas veces una película puede tener más potencia que muchas protestas o artículos para concientizar. 

Cerca de la Semana del Arte

Under the Cloud no llega sola al streaming, pues la acompañan dos títulos cinematográficos más que Pedro Reyes curó para el especial “Bajo la nube: el cine contra la bomba”. Siguiendo la temática que explora el escultor y activista, eligió El sacrificio, de Andrei Tarkovsky, que muestra a un hombre decidido a renunciar a todo lo que estima con tal de evitar una nueva catástrofe nuclear; así como Hiroshima Mon Amour, de Alain Resnais, que sigue el intenso y breve romance de una actriz francesa con un arquitecto japonés. 

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