Foto: Jorge Silva

Las fotos pueden decir más de lo que ves

Por: Xally Miranda

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Para la fotografía terapéutica, una imagen puede decir más que mil palabras. Conoce esta práctica que puede ayudarte a entender tu persona

Mira una fotografía que hayas tomado y dinos: ¿qué ves allí? Esa imagen que capturaste, incluso si no es una selfie, puede revelar cosas que no sabías de ti mismx. Porque más allá de los enfoques documentales, artísticos o sociales con los que se toman miles de fotos a diario, puede surgir desde la cámara un propósito introspectivo y hasta sanador.

En ese terreno está la fotografía con fines terapéuticos, cuyo objetivo es facilitar la capacidad del individuo para reconocer y expresar emociones, y así promover la autocomprensión, de acuerdo con la fototerapeuta Ulla Halkola. Desde el comenzó a desarrollarse este uso catártico principalmente en el campo de la psiquiatría, pero fue a partir de la década de 1980 que se conectó con otros ámbitos para seguir promoviendo la salud mental.

En la Ciudad de México, Jorge Silva (IG: @jorgealquimia) se dedica a dar talleres de fotografía terapéutica. Si bien comenta que captar imágenes con la lente ya activa un sentido de bienestar o placer para quienes aman la fotografía, la bifurcación surge cuando se une a esta disciplina el acompañamiento de alguien con conocimientos sobre la conducta humana para guiar a la persona en el proceso de identificar heridas emocionales u otros rasgos propios.

“Tampoco sustituye a una terapia psicológica personal, pero sí se integra; si se une alguien que esté tomando terapia o que nunca lo ha hecho, les suma muy bien. He visto cosas bastante interesantes sobre todo haciendo algo que nos gusta. Eso es lo que va a diferenciar una foto más artística de una fotografía terapéutica, que te lleva al autoconocimiento”, destaca el terapeuta con alrededor de 15 años de experiencia.

Indica que la fotografía terapéutica puede llegar a ser “bastante retadora” para la gente, no porque requiera de cámaras o técnicas especializadas, sino porque implica profundizar en unx. A veces eso significa renunciar o aceptar algo. Para darle la vuelta a eso, Jorge utiliza una metodología que se centra en la contemplación y el autoanálisis por medio de preguntas guiadas que ayuden a pasar del rechazo a la aceptación.

Por ejemplo, para hacer un autorretrato pide abandonar los filtros o el maquillaje para “mirarse” y eso llega a causar incomodidad porque “hay gente que no se gusta”. Pero con la fotografía terapéutica se espera explorar más el porqué, sin dejar de recalcar que no sustituye a la atención psicológica (incluso puede ser el paso que motive a buscarla). “He tenido participantes que logran reconocer su cuerpo y al hacerlo dicen ‘elijo mejorarlo’”.

También se recurre a fotos de lugares y objetos de la vida cotidiana. El fotógrafo y terapeuta comparte el caso de una señora que vivía desde hace 20 años con ansiedad sin saber por qué. Fue a través de la fotografía que comprendió que el trayecto para llegar a su trabajo le afectaba. “Hay quien dice ‘me di cuenta que mi cuarto es muy oscuro, no lo había visto’ y descubres que es una persona con tendencias tristes, por no decir depresivas”. 

Jorge considera que la fotografía terapéutica puede ayudar a personas que tienen bloqueos creativos, ansiedad, depresión o que no encuentran cómo expresar verbalmente cómo se sienten; pero enfatiza que en realidad es para todxs, siempre y cuando cumplan con estos requisitos: 

“Si no les gusta la foto, pues no van a hacer fotos de veras. Parece obvio, pero es importante [que te llame]. Dos: [la gente] debe estar dispuesta a tomar acción. No necesita ser profesional o tener un equipo fotográfico especializado; de hecho, mucha usa sus teléfonos. Y como un plus quizás, que tenga ciertas interrogantes existenciales”.

¿Fotografía terapéutica o fototerapia?

Los dos términos se relacionan tanto que incluso en la práctica es común que se confundan o se mezclen. Sin embargo, un artículo de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos explica que la fototerapia se da cuando profesionales capacitados utilizan la foto como parte de la terapia, mientras que la fotografía terapéutica se lleva a cabo fuera de un esquema de psicoterapia formal y más comúnmente como proyecto incluso grupal.

92 millones de selfies son tomadas por día alrededor del mundo, según cifras de 2022. Las personas dedican en promedio 7 minutos de su tiempo a tomarse este tipo de fotos