Medir los efectos de los temblores en diversos lugares de la ciudad –algo que no se hacía antes del sismo de 1985— permite que se vayan mejorando las normas de construcción de barrios y colonias.
Pero aún nos falta mucho por aprender en materia de cultura sísmica, y la pregunta de si un nuevo movimiento telúrico de magnitud similar al conmemorado ayer tendría los mismos resultados, aún no tiene respuesta.
“A todos nos sorprendió (el 85), fue muy dramático y cuando vimos las consecuencias, se acentuó esta percepción. También un compromiso de tratar de hacer algo”, confiesa Juan Manuel Espinosa, director del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico.
Así le pasó a él, pues aunque en ese momento, trabajaba en el sector eléctrico, a partir de 1986 y a raíz de la tragedia del año anterior, se dedicó a medir los efectos de los temblores y recabar información que ahora sirve para prevenir y reaccionar mejor, como la alerta sísmica.
“Tenemos que trabajar mucho en el sentido de que le tengamos respeto a los fenómenos naturales”, apunta.
Es necesario trabajar continuamente por mejorar el conocimiento, añadió, para lo cual se requiere investigación.
“Pero también que se tenga la actitud cívica de respetar la norma, para que no haya efectos que la naturaleza nos demuestra. Apoyamos mucho a los ámbitos académicos, la información que generamos es pública. Lo valioso es asegurar el dato del efecto del temblor”, apuntó Espinosa.
La medición y su continuidad no deben detenerse, como en el caso de la alerta sísmica, en cuyo desarrollo intervino el CIRES, que ha contribuido a la reacción.
“Este trabajo no es de un sexenio, es de generaciones”, concluyó.
Los pendientes
Después de participar en un simulacro en el que estuvieron presentes menos de 15 diputados de la Asamblea Legislativa, la presidente de la Comisión de Protección Civil, señaló que la ciudad ha avanzado en esta materia, pero hay muchos pendientes.
Uno de ellos el Instituto de Capacitación para Protección Civil, creado por la ley pero sin conformar ni tener presupuesto.
“Hay que impulsar –añadió— el que la Protección Civil sea una política que pernee de manera transversal en todas las áreas del gobierno de la ciudad”.
A esto se suma que el Fondo de Desastres de la ciudad tampoco cuenta con recursos, ni hay estructuras orgánicas establecidas y fijas en cada delegación.
(Marcela Nochebuena)