El jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, admitió que el bloqueo de calles por parte de la policía es una petición federal, “hasta ahora es necesario”, aseguró, dado que en los centros de acopio “hay objetos que son muy importantes que lleguen a su destino”, y requieren de supervisión.
Aunque los maestros de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) se mantienen en el Monumento a la Revolución y, hasta ahora, no han reaccionado para volver a tomar el Zócalo, las calles aledañas a la plancha continúan cerradas, los coches no pueden circular por ahí y la gente que camina en las calles debe pasar vallas custodiadas por militares.
“No afectan los bloqueos”
El pasado viernes 13, la policía federal desalojó de la Plaza de la Constitución a los maestros de la CNTE que se rehusaron a despejar el área que requerían para los festejos patrios. Desde ese día, las calles del primer cuadro ya no están obstruidas por las tiendas de campaña, sino por vallas y policías.
La estación Zócalo del Metro permanece cerrada, lo cual obliga a todos los que llegan a donar víveres al megacentro de acopio a que bajen en Pino Suárez o Allende con las despensas en mano.
Al preguntarle al jefe de gobierno si estos bloqueos son un impedimento para que los comercios, afectados por el campamento de la CNTE, recuperen su clientela, respondió de forma negativa, y que “la vida del Centro Histórico está trabajando”, prometió que además se buscará que haya una mayor circulación en estas calles cerradas.
(Cristina Salmerón)