Imágenes de Octavio Paz, Elena Poniatowska, José Saramago y Gabriel García Márquez se asoman dentro de una unidad habitacional que busca cambiar la perspectiva de delincuencia e impunidad que les rodea.
Al llegar al cerro del Peñón, donde alguna vez se encontraba una mina de Tezontle, en la colonia Paraíso, delegación Iztapalapa; se ubican departamentos que colindan con el centro de este asentamiento llamado “El Hoyo”.
El Centro de Cultura del Barrio Organizado (CUBO) abre sus puertas en el interior de una zona habitacional que busca ser la diferencia a pesar de estar en la periferia de la llamada “favela” capitalina.
“Lo que queremos es que la educación sea básica para todos los niños que habitan esta zona, les enseñamos a generar vínculos con las demás personas, a que se ayuden y participen en las actividades que nosotros ofrecemos”, comentó Jaqueline Delgado, segunda encargada de este espacio educativo.
A esta iniciativa se sumó la Asociación de Profesionales en Entrenamiento Deportivo (APRENDE) y la diputada de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), Dione Anguiano Flores, que tienen el objetivo de conseguir los recursos necesarios para mantener al CUBO.
UN CAMBIO
Con una inversión estimada de 200 mil pesos para su construcción, el CUBO ofrece actividades de lectura, fotografía, dibujo, ballet, artes plásticas, teatro y “valores humanos para cambiar la mentalidad de los niños”.
“El Hoyo” es un lugar que ha concentrado la mayor parte de la delincuencia de la demarcación, la cual está ubicada en el segundo lugar de inseguridad en el Distrito Federal y que atrae a personas de colonias cercanas para delinquir, ahora se busca cambiar la perspectiva con cultura. Anguiano Flores aseguró que esta alternativa para los colonos consiste en modificar la perspectiva de los niños, grupo vulnerable para integrarse en la delincuencia. “La intención de este centro es que los niños sean los que se integren a estas actividades, que puedan tener esa oportunidad de explotar sus verdaderas habilidades que tal vez no sabían que tenían, además así los alejamos de ese ambiente de violencia y adicciones”, comentó la diputada perredista.
Algunas familias se acercaron a este centro cultural y aseguraron que les emociona que exista este tipo de lugares para que sus hijos salgan del lugar y tengan una vida mejor.
Este fue el caso de Esther González, quien no dudó en incluir a su niño de seis años en las primeras actividades que ofrece el CUBO.
“Yo quiero que aprenda, que lea correctamente, que estudie y que no se junte con las banditas de allá afuera, hablé con mi esposo y estuvo de acuerdo, además le gusta mucho ver las historietas y creo que podría ser un buen periodista”, comentó entre risas González.
Con un libro bajo el brazo, Miguel de siete años presumió los dibujos que hizo de sus padres y de amigos del colegio, así como de sus hermanos y de los perros callejeros que deambulan por la zona habitacional.
El “Negrito” como le apodan, apenas ingresará a la primaria debido a que tuvo que ayudar a sus padres a vender chicles y ha perdido varios días de clases.
“Me gustan las rayitas, dibujar a mis papás, mis hermanos y mis cuates, ya vine a enseñarles mis dibujos y me dijeron que sí podía estar aquí, mi mamá ya me dio permiso y quiero que me enseñen”, dijo emocionado Miguel.
Esperan a Mancera y más apoyo
Dione Anguiano reveló que se invitó al jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, para que participe en algunas actividades que ofrece el CUBO.
Además de que busca el apoyo de la Secretaría de Cultura del Distrito Federal para adquirir mayor número de maestros, por ahora cuentan con 10, en tanto que el inmobiliario fue adquirido en lotes, aunque aún no cuentan con luz y agua. Además de las actividades culturales, se tendrán clases de rapel, shudda, deportes extremos y campismo para impulsar la actividad física de los colonos.
“Claro que te estimulan para traer a los chamacos, así sirve que no pierden el tiempo y piensan en cosas malas o agarran un vicio, hasta yo vendré para escalar el cerro, espero no caerme”, con el cerro del Peñón de fondo, aseguró María, madre soltera de dos hijos.
(DAVID RODRÍGUEZ)