Deben ser pocos los que no hayan vivido lo siguiente: de vez en cuando uno tiene que hacer operaciones mercantiles en efectivo.
Así que armado de valor, uno va al banco, retira algunos miles de pesos y procede a… literalmente jugarse el pellejo mientras llega a donde tiene que realizar el depósito o el pago o el resguardo de ese dinero en cash.
Porque ya se sabe que en el Distrito Federal, ese supuesto paraíso sin crimen, sacar dinero del banco es jugar a la ruleta rusa.
Lo sabemos porque lo leímos ayer, o la semana pasada o el mes pasado.
O porque alguien nos contó eso que, tristemente, ocurre a menudo.
El más reciente caso fue el martes: un capitalino de nombre Alberto Vázquez Johnson murió luego de retirar 40 mil pesos de un Banamex de Álvaro Obregón.
Leí en Reforma que el dinero era para vacacionar con su familia. Tras salir del banco, este hombre de 57 años tomó un taxi y al llegar a su destino –aquí la sorpresa es que nadie se sorprende– de la nada aparecieron dos tipos y no solo lo asaltaron sino que también le quitaron la vida.
Una muerte en esas circunstancias me parece que es demasiado grave. Una sola debería movilizar a la sociedad, a los bancos y al gobierno para solucionar esto.
No hay ningún pretexto para que alguien piense que es normal que uno arriesgue la vida por algo tan ordinario como sacar dinero del banco. Porque la víctima es cazada, literalmente, en el banco.
Ignoro si sea que alguien considere pocas 962 averiguaciones previas abiertas en 2012 (casi tres diarias) por el delito de robo con violencia a cuentahabientes.
Este dato es de la Procuraduría General de Justicia del DF, dependencia que no desglosa en cuántos de esos casos hubo lesiones o muerte.
Solo para comparar hay que decir que se levantaron más denuncias por esto que por robo a casa habitación.
Por su parte, el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México reportó que en el periodo de enero a noviembre de 2012 hubo una disminución de 31.8% de estos delitos al pasar en un año de 1290 a 880 casos.
El tema es que el martes fue Alberto Vázquez Johnson, pero poco más de una semana antes, el pasado día 15 de este mes, Jéssica Paola Hernández Villanueva retiró 70 mil pesos de un Banorte de Azcapotzalco y cuando se dirigía a su destino fue asaltada y asesinada en la delegación Miguel Hidalgo.
Unos días después, el GDF reportó que habían sido detenidos los autores de ese asesinato. Y hay al menos otro caso de homicidio a cuentahabiente en Neza en febrero, y otro en la Gustavo A. Madero en enero de este año.
Aquí no vale el asunto de que a quién se le ocurre sacar dinero en efectivo. Tampoco suena bien eso que informaba la policía capitalina en febrero, cuando presentaron el llamado reloj victimal.
¿De verdad sirve de algo saber que este tipos de robos tienen su hora pico entre las 12:00 y las 16:00 horas y que son mujeres una de cada 4 víctimas? ¿Qué hace falta para que dejemos de ver como normal jugarse la vida al ir por efectivo?
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*Periodista, colaborador de El País, columnista en La Razón y sinembargo.mx.
(Salvador Camarena | MÁS POR MÁS )