Bajo la condición de no realizar movilizaciones después de la megamarcha del pasado miércoles, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) volvió a salir a las calles y en esta ocasión los accesos al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) fueron bloqueados durante ocho horas y media.
Desde las 10 de la mañana del jueves, en “operación hormiga”, los maestros se trasladaron desde su campamento del Zócalo hacia Bulevar Puerto Aéreo, con el objetivo de tomar las instalaciones del AICM.
Sin embargo, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) en conjunto con la Policía Federal (PF) montaron un cerco preventivo para evitar la llegada de los manifestantes.
Los accesos a las terminales aéreas, como Circuito Interior, Oceanía y Aviación Militar, fueron reforzadas por la menos 2 mil efectivos, entre granaderos, policía montada y auxiliares.
Desesperación y frustración
Los casi 10 mil maestros que arribaron a las inmediaciones del Aeropuerto originaron retrasos y algunas cancelaciones de vuelos de pasajeros.
Los usuarios externaron su molestia con los profesores al no dejar vía libre para ingresar a la terminal aérea capitalina.
“Esto es injusto, son inconscientes, que se pongan a trabajar en lugar de estar echados en la calle, son una vergüenza para el país y así ¿se dicen ser maestros?, ojalá que los corran a todos por flojos”, comentó una de las afectadas por el bloqueo, quien al pasar por las filas de la CNTE recibió chiflidos e insultos.
Ante esta situación, camionetas y autobuses de la PF y de la SSPDF fungieron como medios de transporte para llevar a los usuarios hasta las terminales 1 y 2 del AICM.
“Nosotros los podemos llevar hasta el Aeropuerto, ante este bloqueo es pequeño servicio que se les dará para que puedan llegar y tomar sus vuelos”, comentó un elemento de la PF a personas que caminaban sobre el Circuito Bicentenario.
Incidentes menores, pero daños a la infraestructura
Aunque al principio se registraron ligeros eventos de violencia entre manifestantes y policías, los ánimos descendieron de nivel y el bloqueo se mantuvo en calma.
Sin embargo, la malla ciclónica y los muros de concreto, que dividen los carriles de Poniente a Oriente, fueron destruidos por los mentores para ser utilizados como armas en contra de los efectivos de seguridad.
Al final de la jornada, los destrozos fueron evidentes y la basura dejada por los inconformes tuvo que ser retirada por personal de limpia para evitar accidentes en el paso de los vehículos.
Aún no se tiene previsto que los maestros realicen una marcha para este viernes, pero las autoridades se mantienen alerta para cualquier movilización.
(David Rodriguez)