El Edificio Ermita, ubicado en el cruce de las avenidas Jalisco y Revolución, uno de los símbolos de la colonia Tacubaya, se quedó como muchos de los habitantes de la delegación Miguel Hidalgo: esperando que las promesas fueran cumplidas.
El jefe delegacional con licencia de Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo, anunció desde el 25 de marzo de 2014 la puesta en marcha del programa Tacubaya Vive, a través del cual
recuperarían el inmueble y cambiarán a mixto el uso de suelo del mismo, lo cual ya ocurría.
Y eso sí, aparentemente ya existía un proyecto para remodelar el Ermita, algo que el Patronato que posee el inmueble ni siquiera conocía.
“Nos enteramos (de ese proyecto) por los periódicos de esa situación. No tenemos conocimiento de lo que quería el exdelegado, no tenemos el gusto”, comentó Sergio Rodríguez, de la fundación Mier y Pesado, la cual es propietaria del Edificio Ermita desde 1930, año de su construcción.
Además, comentó que solamente se restauró la fachada que se encuentra frente avenida Revolución, gastos que asumió la institución altruista. “Se están buscando fondos, donativos para poder restaurar las otras dos fachadas que nos faltan: la de avenida Jalisco y de la calle Progreso”, dijo.
MÁSPORMÁS se comunicó con la Delegación Miguel Hidalgo para conocer su postura, pero hasta el cierre de esta edición no se obtuvo una respuesta.
Antes de pedir licencia al cargo, el 14 de enero, Víctor Hugo Romo tuiteó: “#Edificio Ermita es inmueble c/ valor patrimonial y no existen planes de renovación que atenten contra su preservación”.
Según la información pública contenida en el Centro de Información Urbana para el Desarrollo y Administración de la Ciudad de México, “cualquier intervención requiere el visto bueno del INBA y el dictamen técnico u opinión, según sea el caso, de la Dirección de Sitios Patrimoniales y Monumentos” de la Seduvi.
El Edificio Ermita, diseñado por el arquitecto Juan Segura, cuenta con seis niveles, 78 departamentos y tiene un uso de suelo habitacional mixto.
“En verdad (este edificio) es una joya (arquitectónica) que ha resistido los temblores”, dijo José Ángeles, vecino de la zona.
En la planta baja del edificio, en el exterior, se encuentran en funcionamiento una farmacia, dos restaurantes, una estética, un expendio de carne, una cafetería, una vinatería, una tienda de pinturas, una lonchería, un teatro, entre otros.