Investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) aprovechan la cáscara y la parte media del coco, considerados desechos, para desarrollar productos alimenticios que reduzcan el colesterol, los triglicéridos y la obesidad.
Los compuestos que se obtienen de esas partes del coco son ricas en fibra y micronutrientes, por lo que ayudan en el tratamiento contra la obesidad, aseguró la coordinadora del proyecto y académica de la Escuela Nacional de Ciencias Médicas (ECNB), Alicia Ortiz Moreno.
Además, la fibra de coco contiene cantidades importantes de fibra dietética que contribuye a mantener los niveles glicémicos adecuados en pacientes diabéticos y disminuyen el colesterol, señaló Ortiz Moreno, en una entrevista para la Gaceta Politécnica.
Para el desarrollo de estos productos, los científicos llevan a cabo, como primer paso, la deshidratación de los residuos del coco mediante la técnica de microondas.
La especialista detalló que el calentamiento se efectúa de adentro hacia afuera, por lo que las estructuras de la fibra se abren. Además en esta primera etapa también se determina la actividad antioxidante de los compuestos.
Luego, la fibra se fracciona en trozos pequeños y se muele para llevar a cabo la investigación con roedores, previo a la creación de los productos alimenticios.
Esta investigación probó que la fibra que se extrae de la cáscara, además de emplearse en el tejido de cuerdas y amarres para bancos, tapetes o cepillos, se puede consumir y es benéfica para la salud, destacó la publicación del IPN.
No obstante, los efectos terapéuticos de estos productos serán corroborados en un estudio piloto con pacientes, el cual será avalado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).