Se calcula que en la Cuidad de México diariamente se consumen 500,00 garrafones de 20 litros.
El incremento del consumo de agua embotellada en la Cuidad de México sucede después de los sismos de 1985, cuando a causa de la rotura de duchos se mezclaron las aguas negras y la potable, causando desconfianza entre la población.
Se estima un gasto de 240 pesos de agua embotellada por persona al mes. En una encuesta de la UAM y el Instituto de Ciencia y Tecnología del DF la gente dijo que estaría dispuesta a pagar más impuestos por agua de calidad y no tener que comprar embotellada.
En 2011 las empresas transnacionales tuvieron ingresos por más de 10 mil millones de dólares. Danone (Bonafont) domina en mercado con 38% del consumo total. En segundo lugar Coca Cola (Ciel) con 25%, pepsi (E-pura) con el 19% y otras marcas con el 18% del mercado.
Este tipo de comercio se opera con poca supervisión de autoridades, se desconocen muchos de los procesos de purificación, de las fuentes de aprovisionamiento, si son pozos propios o lo obtienen de tuberías municipales.
Algunos especializas señalan que el consumo de agua potable embotellada es un lujo innecesario, ya que a través de campañas de publicidad tratan de hacer creer a los consumidores que ganarán salud y belleza con beber agua de terminada marca.
Investigadores concluyen que el agua de la Cuidad de México se podía beber sin problema, ya que al analizarla se confirmó que el agua de la tubería es confiable y se puede consumir tal cual, pues no contiene residuos fecales y se ajusta a la norma, exceptuando la zona de Iztapalapa, donde llega a estar contaminada porque debido a la escasez se perforan fuentes a mucha profundidad para obtener líquido y por lo mismo contiene minerales que pueden ser dañinos para el consumo humano.
(Daniela A. Manchado)