Una empresa formal de valet parking invierte hasta 300 mil pesos al mes en la compra de seguros por daños al automóvil, la renta de estacionamientos cercanos al restaurante o establecimiento para el cual trabajan, pago de personal, aparatos de comunicación y otros enseres.
Por eso la mayoría prefiere operar en la informalidad con un gasto radicalmente menor, señaló Salvador Castañeda, gerente de operaciones de la empresa de valet MGM.
Un seguro de responsabilidad civil, señaló, cuesta aproximadamente 20 mil pesos al año: “Si trabajas para 40 establecimientos, como es el caso de MGM, gastas 800 mil pesos anuales”.
Historias de terror
Casi todos los capitalinos han tenido una mala experiencia con algunos valets. Aquí algunos casos
SE VA, SE VA, SE FUE
Susana Zavala fue a un bar en la Condesa, en la calle de Tamaulipas. Dejó su auto en el valet, pero luego se cambió de antro. A la 1:40, cuando regresó a recoger su vehículo, el acomodador ya se había ido a su casa y se llevó las llaves. A las cinco de la mañana terminó la aventura, el supervisor del valet, le pagó los taxis y el duplicado de las llaves.
CORRO, VUELO Y ME ACELERO
Nina Jung vivía en la calle de Marsella de la colonia Juárez, frente a su edificio, cada viernes había arrancones que jugaban los valets de un antro de la colonia Roma que llevaban los autos hasta esa zona para sus carreritas.
GOLPE A GOLPE
Marcos Zavala es baterista de una banda de rock, una vez, después de dar un concierto, dejó su coche en un estacionamiento con todo y sus instrumentos musicales. Cuando regresó, se habían llevado todos los tambores y platillos, simplemente había desaparecido y no se quisieron hacer responsables.
(MARCELA NOCHEBUENA Y JOSUÉ HUERTA)