El primer día que probé la activación física y con ello la competencia con mis compañeros se dio en la escuela. Las facultades para el deporte y todo lo demás que me llevó a las victorias mundiales fueron consecuencia de ese primer paso.
De allí la necesidad de la conformación deL “Día del Deporte Mexicano, la Activación y la Salud Física”, iniciativa que el martes 9 de abril entró en la agenda a tratar en el Senado de la República pero no como mero simbolismo o con miras a buscar reconocimiento personal, sino como el inicio del click que logre despertar, impulsar y promocionar a los futuros campeones de este país.
Ese día, escogido por su cercanía con el Día del Niño, servirá para que en el país se realicen acciones tendientes a mejorar este rubro y que repercutan en todos los ámbitos de la actividad social: salud, disciplina, inseguridad, etcétera.
Pero no solamente eso: la designación de esta fecha conlleva a su vez el que todas las esferas de gobierno y las instancias ciudadanas empiecen a escalar la difícil, pero no imposible, construcción de la cultura deportiva en México no solamente como un pasatiempo, sino como una tarea de bienestar que a través de la empatía genere el encendido del motor que nos lleve a observar como natural la reactivación física.
Además, permitirá a todos los actores del deporte organizarse, proponer, evaluar, recomendar, legislar y fortalecer el rubro en todos los aspectos. Sería un punto de partida seguro para no olvidar, en el trajín diario, que tenemos una obligación con México y que podemos sufragarla haciendo ejercicio.
Ha habido otros intentos por conformar un día nacional del deporte pero sus repercusiones han sido mínimas. No se han avizorado como punto de partida de una estrategia integral, de involucramiento de todos los sectores e, incluso, de una forma de vivir.
La idea -de la cual estaremos vigilantes de que se lleve a cabo conforme al proyecto integral- no nació hoy: ha ido madurando conforme pasan los meses, en ese afán de aportar el inicio de una solución tangible a la grave situación de pereza, ocio e indiferencia que por años hemos visto y que mantiene a México en un sueño profundo del cual es necesario despertar.
Quienes incidimos en la creación de leyes tenemos como obligación limitar al máximo la mediocridad de pensamiento, el valemadrismo como filosofía de vida y, sobre todo, la pereza familiar: el oprobioso culto a la dejadez que poco a poco se inculca a los hijos al permitirles el desvío de su atención hacia actividades que poco provecho les dejan.
Una coalición entre padres de familia y autoridades permitirá que las nuevas generaciones de mexicanos -al festejar el 27 de abril en actos similares a los días de la madre, padre o maestro- reflexionen acerca de la importancia de tal efeméride y, por simple asociación, sea posible el estímulo que nos urge a los mexicanos.
Habrá quienes piensen que será muy difícil, que México no puede despertar y lograr cosas mayores. Pero lo mismo me decían aquellas voces que veían lejísimos un campeonato mundial de atletismo y, ya ve estimado lector, sí se puede lograr este objetivo y el primer paso ya está dado.
Eso sí, le vamos a dar seguimiento porque soy una convencida de que todo inicia con un primer movimiento al cual seguirán los demás.
¡ANÍMATE Y OPINA!
*Medallista de plata en los 400 metros de atletismo de Atenas 2004, actualemente es Senadora de la República (PT). Preside la Comisión de Migración en la Cámara Alta.