Desde hace unas semanas el Museo Metropolitano de Arte de la ciudad de Nueva York (MET) está presentando una exposición llamada PUNK: Chaos to couture (Punk: del caos a la alta costura).
La gala inaugural fue deslumbrante. El museo estaba repleto de celebridades de primera línea como Madonna, Beyoncé, Jennifer López y Gwyneth Paltrow: al día siguiente las fotos de la alfombra roja le daban la vuelta al mundo. Yo me enteré porque en mis redes sociales muchas amigas y amigos (sobre todo los que trabajan en revistas o blogs de moda, que son varios) se notaban emocionados, deleitándose con los pormenores de la noche, festejando o destrozando los atuendos de la concurrencia.
Lo que se muestra en PUNK: Chaos to couture es más de un centenar de atuendos: prendas originales de la primera época punk (finales de los 70) contrapuestos a prendas de diseñadores inspiradas en ellas. Es decir: traza el recorrido de un movimiento contracultural que comenzó en la calle, casi de manera espontanea, que dio el brinco a las boutiques (aunque habrá quien argumente que es mas complicado el asunto, pues los Sex Pistols se formaron en la boutique Sex, del recientemente fallecido Malcolm McLaren y la aún activa Vivienne Westwood).
Como inevitablemente ocurre con muchas subculturas, el punk (más su forma que su fondo) fue cooptado por la corriente principal, homogeneizado y destilado para el consumo masivo. La exposición del MET es prueba de ello, aunque sus defensores argumentarán que al contrario, que es un testimonio de que la moda, como todas las artes, fue puntual al reflejar e interpretar aquel aquí y ahora.
Coincidentemente, hace exactamente una semana tuve la oportunidad de charlar con Patti Smith, personaje clave del punk (aunque a la distancia me parece que está mas emparentada con Bob Dylan, Neil Young, Nick Cave o Tom Waits que con los Sex Pistols o los Ramones). Entre otras cosas, se mencionó la mentada expo y su respuesta nos brinda una perspectiva brillante en torno al debate.
“El día que fue la gala del Museo, yo estaba en Chicago, trabajando (risas). Y para mi el punk era y es un estado mental constantemente reinventado por las nuevas generaciones. Uno de sus aspectos es la forma en la que viste la gente. Cuando yo era joven, nos vestíamos de la forma en la que nos vestíamos por necesidad, no teníamos dinero o la ropa se nos rompía un poco. A mi ni siquiera me importaba. Yo no quería estar vestida con ropa estrafalaria.
“Pero no veo al punk como moda: yo sé que de ahí surgieron modas interesantes e inspiró a muchos diseñadores. Muchos de los artistas de punk rock crearon su propia ropa, como The Clash, grandiosa. Pero yo mido todo en términos del trabajo que cada uno realiza. La moda es muy divertida y hacer fiestas de punk rock debe ser divertido (risas), pero para nosotros era nuestro trabajo, era nuestra forma de vida.
“Y fue gracioso porque, como les decía, el día que tuvieron la gran gala en el MET, yo estaba en Chicago haciendo mi trabajo y eso significó aún más para mi. Había mucha gente muy joven en el público, realmente jóvenes, y comunicarme con ellos directamente es mucho más significativo que ir a una gran fiesta a celebrar algo del pasado. Me gusta vivir en el presente, me gusta estudiar el pasado, honrar el pasado y aprender del pasado; pero me gusta vivir en el presente pensando en el futuro”.
*Rulo, Raúl David Vázquez, director editorial de La Semana de Frente. Locutor en Reactor 105.