Aunque el Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México prohíbe a los conductores de automóviles invadir carriles ciclistas y tener vidrios polarizados, empleados de la delegación Cuauhtémoc no cumplen con dicha norma.
El martes pasado, durante un recorrido de Máspormás por la ciclovía de Paseo de la Reforma, se encontró a cinco camionetas de la delegación Cuauhtémoc estacionadas sobre el carril exclusivo para bicicletas, a la salida de la estación Hidalgo del Metro.
Personal delegacional, a cargo de Mario Montes, subdirector de Vía Pública, se encontraba en el lugar realizando un operativo contra vendedores ambulantes, en coordinación con la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México y el Sistema de Administración Tributaria (SAT).
Algunos de los vehículos oficiales, incluso, no tenían placa y sólo se identificaban con logos del gobierno delegacional encabezado por Ricardo Monreal y números económicos de los vehículos. Éstos eran: 1150, 1502, 1529, 2397 con placa 687-XXG y una que no tenía ni placa ni número económico. Pudo evidenciarse que el parque vehicular oficial de la delegación Cuauhtémoc es antiguo y su carrocería está en malas condiciones.
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Cuando se buscó al responsable del operativo para solicitar que retiraran los vehículos del carril exclusivo para bicicletas, ninguno de los funcionarios aceptó identificarse. Para documentar la acción, se grabó y transmitió por Periscope la solicitud a los servidores públicos.
Frente a la cámara, un servidor público que no quiso decir su nombre y su cargo, reclamó por la grabación del acontecimiento; sin embargo, aceptó retirar su camioneta. Por el apellido grabado en su gorra, con logos de la delegación, se le pudo identificar como Carlos Jauri Méndez, auxiliar operativo en Servicios Urbanos.
Desde la camioneta sin placas ni número económico, con vidrios opacos que no permitían la visibilidad hacia el interior (lo que está prohibido en la fracción VII del artículo 43 del Reglamento de Tránsito), un par de servidores públicos más gritaba insultos a quien solicitaba el retiro de los vehículos sobre el carril exclusivo para bicicletas.
Debido a la obstrucción, los ciclistas debían esquivar las camionetas y algunos consideraron que eso ponía en riesgo su vida. “Casi me estampo contra un carro por esquivarlas”, dijo un joven que circulaba por la zona en bicicleta.
Al final, las cinco camionetas se retiraron del lugar.