Las burlas y la psique mexicana juegan en contra para que gran parte de la población no aprenda este idioma
Por Josué Huerta
El mundo laboral ha cambiado: cada vez más personas aspiran a trabajar desde casa para compañías internacionales, lxs profesionales en tecnologías son lxs mejor pagadxs, y el inglés, aunque parezca una gastada retahíla que hemos escuchado durante décadas, se ha convertido más que nunca en un requisito indispensable para ser contratadx por empresas extranjeras que reclutan talento de todo el mundo para trabajar a distancia.
Sin embargo, es precisamente en este requisito —el dominio del inglés— donde lxs chilangxs en particular, y lxs mexicanxs en general, enfrentamos una gran desventaja al competir por estos puestos que pueden alcanzar hasta 11 mil dólares mensuales (más de 226 mil pesos al tipo de cambio actual), según la Asociación Mexicana de la Industria de Tecnologías de la Información (AMITI).
Para ponerlo en perspectiva, sólo el 5% de la población mexicana tiene un nivel de inglés lo suficientemente bueno como para desenvolverse en un entorno laboral que lo requiera. El “Índice EF EPI” revela que México ocupa el lugar 89 en conocimiento del idioma, de un total de 113 países evaluados.
Pero ¿por qué prácticamente nadie en nuestro país habla inglés con fluidez si estamos en América del Norte, somos uno de los dos vecinos de Estados Unidos y, desde 1926, todas las secundarias en México tienen la obligación de enseñar este idioma (sin mencionar que muchos lo estudian desde el kinder hasta la universidad)?
Una posible respuesta radica en nuestra psique y en nuestro sistema de creencias y prejuicios personales, un aspecto que Adelia Peña Clavel, académica de la Escuela Nacional de Lenguas, Lingüística y Traducción de la UNAM, engloba bajo el término “representaciones mentales”.
“Las representaciones mentales son un sistema de creencias que se forma desde que inicias la escuela e incluso antes; son parte de ti como ser humano. Hay estudiantes que han tenido muy malas experiencias con el idioma o con algún maestro, y a partir de ello pueden desarrollar creencias que les impiden aprenderlo”, explica Peña Clavel.
“Por ejemplo, si en algún momento un maestro te dijo: ‘Ay, es que tú no sabes pronunciar’, esa frase puede quedar grabada en tu mente y, de manera inconsciente, bloquear tu aprendizaje… Identificar estas creencias permite detectar qué estrategias de aprendizaje han funcionado previamente para cada alumno”, expone la académica en entrevista para + Chilango diario.
Vergüenza y burlas
También existe otro fenómeno que parece predisponernos a no lanzarnos al aprendizaje del inglés: la vergüenza de practicar en público el idioma por miedo a que otrxs se burlen de nosotros. Ello podría estar contribuyendo a la idea de que aprender el idioma es difícil o que no tenemos la capacidad de hablarlo bien.
Pero ¿por qué nos reímos de lxs mexicanxs que fallan al tratar de hablar inglés si, en realidad, no hay nada de malo en ello? Siendo justos, no es un pecado para un mexicano no dominar el inglés; desventajoso sí, pero pecaminoso no.
Adelia Peña teoriza que la arraigada burla de lxs mexicanxs hacia sus compatriotas que fallan al intentar hablar inglés podría tener su origen en el proceso de dominación española. Este hecho habría generado una mentalidad de burla hacia quienes no se adaptan a la cultura dominante. Tal fenómeno, hasta donde se sabe, no ocurre en poblaciones de culturas que no fueron colonizadas o dominadas, como la japonesa, la alemana o la estadounidense, por mencionar algunas. Una vez más, la respuesta parece estar en nuestra mentalidad colectiva.
Desigualdad educativa
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La investigación La brecha regional en México en materia de enseñanza-aprendizaje del inglés, elaborada en 2024 por especialistas de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, señala que existen barreras estructurales que dificultan el aprendizaje del idioma en la mayoría de lxs mexicanxs. Una es la desigualdad en la educación: en las escuelas privadas, a las que sólo tiene acceso el 10% de las infancias y adolescencias del país, se destina mayor esfuerzo a la enseñanza del inglés, con más materiales, docentes mejor capacitadxs y programas más completos.
En contraste, lxs profesorxs de inglés en instituciones públicas suelen ser contratadxs por honorarios o vía outsourcing. La precarización laboral lxs obliga a tomar múltiples grupos para aumentar sus ingresos y cubrir sus necesidades económicas. Como resultado, deben atender salones con más de 40 estudiantes, lo que les genera agotamiento y limita su capacidad de brindar una enseñanza efectiva y personalizada.
Las dificultades para aprender inglés en México son numerosas, pero, dada la creciente necesidad de dominarlo, Adelia Peña recomienda buscar escuelas con docentes certificadxs y evaluar si los métodos de enseñanza se ajustan a la manera en que cada persona aprende (siguiendo el concepto de representaciones mentales mencionado anteriormente).
Por su parte, el especialista en empleos remotos en el extranjero, Juanca Tech, aconseja no intimidarse por el nivel de inglés al postularse para un trabajo internacional. Destaca que muchas empresas extranjeras no exigen un dominio perfecto del idioma, ya que dentro de sus compañías hasta el 90% de lxs empleadxs no poseen un nivel óptimo de inglés. Lo que realmente valoran, subraya, es la disposición del trabajador o trabajadora para comunicarse en la lengua y mejorar con la práctica.
- 3,000 dólares gana como mínimo alguien que sabe inglés y tiene un empleo remoto
- 90% de la niñez y adolescencia mexicanas no tienen acceso a enseñanza de inglés eficiente
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En 2009 la enseñanza del idioma inglés se hizo obligatoria también para nivel primaria, y desde 2017 la Secretaría de Educación Pública lanzó la Estrategia Nacional para el Fortalecimiento de La Enseñanza del Idioma Inglés, sin resultados aún visibles