Las personas quedaron atrapadas en el tercer piso, a consecuencia de la caída de una viga, por lo que fueron inmovilizadas y colocadas en camillas
El Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) de la Ciudad de México demostró su preparación y capacidad de respuesta en situaciones de emergencia al llevar a cabo un simulacro de rescate de alto impacto en el edificio de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) ubicado en Liverpool 136, en la colonia Juárez.
La escena simulada involucró a dos personas atrapadas en el tercer piso del edificio, víctimas de la caída de una pesada viga como resultado de un hipotético sismo de 8.0 en la escala de Richter, con epicentro en la zona costera de Acapulco, Guerrero. El sismo ficticio desencadenó el colapso de la estructura del estacionamiento 3, dejó a estas dos personas en una situación crítica.
Los profesionales actuaron con rapidez y destreza, inmovilizaron a las víctimas y colocándolas en camillas. Una de las personas fue rescatada mediante un descenso en diagonal, en una operación arriesgada que puso a prueba la habilidad y el coraje de los rescatistas. Una vez en tierra firme, ambos pacientes fueron atendidos de inmediato por el personal médico del ERUM, garantizando su atención médica oportuna.
El simulacro no solo puso de manifiesto la destreza del ERUM en situaciones de alto riesgo, sino que también implicó la coordinación de otras dependencias, como el personal de tránsito que realizó cierres temporales en la circulación vehicular para facilitar la operación de rescate.
Jesús Márquez, jefe de Emergencias Mayores, destacó la magnitud hipotética del sismo y el escenario que se enfrentaron. Este simulacro no solo pone a prueba su capacidad de respuesta, sino que también sirve como un recordatorio para que la población se prepare para afrontar situaciones de emergencia similares.
En este ejercicio, participaron 18 valientes elementos del ERUM altamente capacitados en el rescate de personas atrapadas en estructuras colapsadas. Su dedicación y profesionalismo son una fuente de orgullo para la Ciudad de México y un recordatorio de la importancia de estar preparados para enfrentar cualquier eventualidad que la madre naturaleza nos pueda presentar.
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