Este viernes, la revista The New Yorker publica en su portal web una entrevista con la actriz Kate del Castillo. El encuentro tuvo lugar durante tres días, hace un mes en Los Ángeles, donde la mexicana vive desde el año 2001. En la publicación, Del Castillo acusa que la investigación del gobierno mexicano en su contra es una “cacería de brujas” y que la reacción de los medios en torno al tema ha estado plagada de elementos sexistas.
Además, dice que siente miedo de haber quedado expuesta al no haber sido incluida como periodista parte del proyecto de la revista Rolling Stone para entrevistar a Joaquín Guzmán Loera.
El texto, firmado por Robert Draper, cuenta (por primera vez) la versión de la actriz. Según ella, su primer contacto con el capo tuvo lugar a finales del verano de 2014, cuando recibió un email de una persona cercana al criminal, el abogado Andrés Granados Flores. Aunque de forma vaga, la intención del acercamiento era demostrar el interés del capo por producir una película. Le preguntaron si podría viajar a México para discutir el proyecto a lo que ella respondió de inmediato que sí.
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A través de un vuelo privado, el 29 de septiembre viajó a territorio nacional, donde dos hombres en traje la esperaban: Granados y otro abogado llamado Óscar Manuel Núñez Gómez. La instrucción de ‘El Chapo’ fue que la llevaran a comer a un restaurante elegante, pero ante la posibilidad de encontrarse con la prensa, ella sugirió que fueran a una taquería cercana. Ahí, Del Castillo se enteró de que la intención de Joaquín Guzmán era que ella tuviera los derechos para producir una obra biográfica.
La actriz siguió con su vida. Terminó de grabar una serie para Telemundo y comenzó a filmar la película Los 33, sobre la historia de los mineros que quedaron atrapados mientras trabajaban bajo suelo chileno en 2010. Durante ese tiempo, se cuestionó la mejor forma de llevar a cabo el proyecto: un documental o una película.
Lo habló con muy poca gente, uno de los elegidos fue el productor argentino Fernando Sulichin, a quien conoció en 2012 durante un evento organizado por el director Oliver Stone, y quien se mostró muy interesado en seguir de cerca la historia del criminal mexicano. Y a través de él conoció a otro argentino: José Ibáñez, productor del documental South of the Border, de Oliver Stone.
El 9 de enero de 2015, ante la presencia de un Notario y desde la prisión del Altiplano, Guzmán firmó los derechos a nombre de la actriz y de los dos productores sudamericanos. Y cuando unos meses después, ‘El Chapo’ escapó de prisión, el proyecto se volvió todavía más interesante. Así que, con la intención de contar con el apoyo de algún estudio norteamericano grande, decidieron contactar al actor Sean Penn.
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La cita entre el actor, los productores y la mexicana tuvo lugar en Santa Mónica, en el Fairmont Hotel. Según las declaraciones de Del Castillo, Penn no mostró ningún interés en el proyecto, pero sí en la posibilidad de un encuentro personal con el narcotraficante.
En la entrevista, Del Castillo también habla sobre la famosa Blackberry a través de la cual intercambió mensajes directamente con Joaquín Guzmán, y sobre el viaje que hicieron Sean Penn y ella para conocer al capo. El texto dice que ella pagó el vuelo (33,720.37 dólares), y el actor le reembolsó la mitad tiempo después. Entre otros detalles, cuenta que la actriz llevaba algunos regalos para Guzmán: copias de las películas 21 gramos y Bajo la misma Luna; un libro de poemas de Jaime Sabines (con subrayados de la actriz); y una copia de una novela inédita firmada por la actriz y titulada Tuya.
Tras describir el encuentro y la negociación para que tuviera lugar una entrevista entre Penn y ‘El Chapo’, Kate del Castillo reconoce que se dio cuenta de que el actor norteamericano no estaba interesado en el proyecto de una película biográfica. Cuenta que buscó los servicios del abogado Alonso Aguilar Zinser, pero que la rechazó. También dice que una de las escenas del texto publicado por la revista Rolling Stone y firmada por Sean Penn es falsa.
(Foto: The New Yorker)