Este viernes 13 de marzo no es de mala suerte, se conmemoran 690 años de la fundación de México-Tenochtitlan, ciudad que albergó a la cuna mexica y posteriormente a la capital del país.
De acuerdo con la leyenda, la ciudad de México-Tenochtitlan fue fundada por una tribu nahua proveniente de Aztlán, cuya ubicación exacta es desconocida.
“Los futuros mexicas recibieron la orden de su dios guía, Huitzilopochtli, para abandonar el lugar donde se encontraban e iniciar un peregrinar hasta descubrir la señal que él les había prometido: un águila devorando una serpiente, mientras estaba posada sobre un nopal”, dice la página de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Tras mucho peregrinar, el 13 de marzo de 1325, en las inmediaciones del lago de Texcoco vieron la señal y construyeron la que se convertiría en la cuna del Imperio Mexica.
“Es tan grande la ciudad como Sevilla y Córdoba. Son las calles de ella, digo las principales, muy anchas y muy derechas, y algunas de éstas y todas las demás son la mitad de tierra y por la otra mitad es agua, por la cual andan en sus canoas, y todas las calles de trecho a trecho están abiertas por donde atraviesa el agua de las unas a las otras, y en todas estas aberturas, que algunas son muy anchas, hay sus puentes de muy anchas y muy grandes vigas, juntas y recias y bien labradas, y tales, que por muchas de ellas pueden pasar diez de a caballo juntos a la par”, fue la descripción que dio el conquistador Hernán Cortés en sus Cartas de Relación sobre la ciudad.
El pasado 21 de febrero se cumplieron 37 años del descubrimiento de Coyolxauhqui, una escultura emblemática de la cultura mexica cuyo hallazgo provocó la exploración del Templo Mayor y gracias al cual se conocen las estructuras que componían el centro ceremonial de Tenochtitlán.