Su cuenta de Twitter tiene más de 53 mil seguidores, cientos de menciones de distintas estrellas y fotos rodeado de mujeres desnudas en alguna alberca, fiesta o evento de gala; una vida que podrían envidiar muchos hombres, pero que a Fernando Deira le ha costado décadas de trabajo.
Él es creador de Sexmex, una empresa mexicana que mensualmente produce de 10 a 12 videos para adultos y que cuenta en su agenda con más de una docena de actrices porno. Además, ofrece cursos de fotografía erótica y espectáculos en clubes privados de distintas partes del país.
En sus manos también tiene el éxito por la Expo Sexo y Erotismo que anualmente se realiza en la Ciudad de México y que en este 2016 se llevará a cabo en el Palacio de los Deportes durante el mes marzo. Un encuentro que se ha consolidado como “el evento más grande para adultos de América Latina”.
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A más de 10 años de dedicarse totalmente a la industria porno, Fernando Deira cuenta su historia en Máspormás.
500 dólares, el inicio
Su juventud la comenzó siendo seminarista, pero al poco tiempo se dio cuenta de que los dogmas y el encierro no eran lo suyo. Quiso ser músico y se dedicó a tocar en fiestas hasta que un día acudió al cine para ver Pulp Fiction y se animó a escribir sus primeras historias.
Comenzó tomando fotos y luego haciendo tomas de desnudos a una amiga, Maritza Méndez. Dichas imágenes “las mandamos a un concurso de foto erótica en Estados Unidos y en el primero en que participamos quedamos en sexto lugar, luego tercero y luego primero. Con aquel cheque de 500 dólares que nos mandaron, decidimos hacer nuestro primer sitio web”.
Deira tomaba las primeras fotos para alimentar la página y gracias a ello comenzaron a llegar las primeras suscripciones. Al año, empecé a ganar más dinero de esto que de mi trabajo de músico. Fue cuando decidí dejar completamente todo para dedicarme a la producción de contenido erótico”, afirma el director.
En 2004 arrancó con el sitio Mexicanlust y un año después lanzó Sexmexdivas. “En aquel tiempo la industria no existía, no había nada de porno en ese momento, lo que se conocía en porno mexicano eran DVD grabados en muy mala calidad, con chicas nada atractivas, con una producción muy pobre.
“Yo, siendo consumidor de porno, buscaba algo hecho en México con mexicanas y nunca lo encontré. Pasaba a todas las tiendas de video y cuando preguntaba por material mexicano, los mismos vendedores se extrañaban”, agrega.
Por eso, afirma que su objetivo se convirtió en producir contenido mexicano con chicas guapas y con material que pudiera ser atractivo para el público nacional.
“Cuando lo empecé a realizar no había nadie más, yo era el primero, fui el primero en realizar el primer sitio porno mexicano de cobro”, presume orgulloso.
10 años después
A una década de distancia de aquella experiencia, Fernando Deira afirma que todo “dejó de ser underground y ahora ya estamos en el mainstream”. Las chicas ya son famosas, salen en los medios y antes no había ni una sola que se pudiera considerar actriz porno como tal, dice.
Sin embargo, dice que todavía están en desventaja frente al mercado europeo y estadounidense ya que cuando mucho hay cinco productores de cine porno en México, mientras que en Estados Unidos son más de 200.
Lo mismo pasa con su público. “Nuestra plataforma es global, tenemos audiencia de todo el mundo, pero por obvias razones el público estadounidense es el que más consume mi producto. Después le siguen algunos países de Europa y en tercer lugar está México”.
Picardía, el gran factor
La mejor forma en que la industria mexicana del cine para adultos crezca es explotando la picardía, humor y contexto nacional, afirma el director.
“Creo que tenemos una cultura erótica muy rica. La picardía, los albures, las cosas divertidas, eso es lo que debemos explotar. Yo crecí viendo el cine mexicano de los 80, con Rafael Inclán y Alfonso Sayas, películas divertidas donde te reías con los amigos, y ahora que yo comencé a hacer porno eso es lo que quiero”.
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La falta de dinero y la búsqueda de actrices, dice, por el contrario, afectan su trabajo. “Cuando yo comencé, las chicas se dejaban grabar solo con antifaz”. Mientras que ahora, le ocurre con menos frecuencia y al mes recibe unas cuatro solicitudes de mujeres que quieren ser actrices famosas y reconocidas, pero no es suficiente.
Para ello, pide que las mujeres tengan belleza física, “porque eso atrae y es lo que vende”, que sean atractivas ante la cámara y, sobre todo, “que en las escenas no finjan, que disfruten el sexo y sean expresivas para transmitir todo lo que sienten”.
¿Rechazo o aceptación?
El director afirma que todavía no ha encontrado una apertura total hacia su trabajo. “Estos últimos cinco años ha sido de darnos un encontronazo fuerte con la sociedad. Ya salimos en medios, las chicas ya son reconocidas incluso en la calle. Pero mucha gente todavía no está acostumbrada a convivir con nosotros”.
Incluso, afirma que a muchos todavía les parece ilegal su trabajo o que tienen un problema mental y son gente apartada de la sociedad. “Hay gente que me ha llegado a negar su amistad porque piensan que por hacer películas porno somos capaces de hacer cualquier cosa”.
Lo que espera es que poco a poco la gente se da cuenta que es una profesión en donde las chicas realizan este trabajo porque a les gusta.
Por ello desea que pronto haya una legislación para evitar problemas, que se confunda con la trata de personas y que haya mejores y más empresas generando trabajos. Por lo pronto, Fernando Deira trabaja bajo los lineamientos de la Ley 18 USC de Estados Unidos, en donde el principal lineamiento es que todas las actrices sean mayores de edad, que firmen una sesión de derechos de imagen además de realizar declaratorias en video de que lo hacen por propia voluntad.
¿Por qué consumir porno mexicano?
“Considero que venimos de una cultura muy erótica. En nuestra historia artística el erotismo ha estado presente de una manera muy fuerte”, dice Deira argumentando que el sexo es parte natural de los mexicanos.
Además, apela al nacionalismo. “Es importante para apoyar a los que estamos haciendo, a los que invertimos mucho en actrices, en historias, en locaciones”. ¿Y cómo los quiere convencer? Pues con personaje e historias con las cuales se puedan sentir identificados. “No es lo mismo lo que le pasa a los gringos que a nosotros, sus contextos son diferentes, sus tipos de mujeres y hombres; acá tenemos videos divertidos con los que se la van a pasar bien independientemente del contexto erótico”.
Finalmente, destaca que en todo este proceso, el público chilango ha sido parte fundamental de su éxito. “En el DF he encontrado mucha más apertura que en cualquier ciudad del país: son más abiertos, son una ciudad de vanguardia, tienen matrimonio del mismo sexo e interrupción legal del embarazo, eso hace que la sociedad sea más abierta que en provincia”.
El público de Sexmex se divide en tres grandes zonas: primero Estados Unidos, luego Europa y México al final, en donde los chilangos son la mayoría. “A los chilangos les encanta el sexo, por eso son tantos”, dice entre risas.
(Fotos: Twitter/Fernando Deira)
