A pesar de que la mancha urbana del Distrito Federal parece no tener freno y contribuir a la extinción de áreas naturales, aún existen grandes espacios ‘verdes’ que se niegan a desaparecer. Uno de éstos es el Lago de Chalco.
Esta porción de agua se localiza al suroriente de la capital. La mitad pertenece a la delegación Tláhuac y la otra mitad al municipio de Chalco, en el Estado de México.
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Hacia finales del sigo XIX y principios del XX comenzó un proceso de desecación del Lago de Chalco, con el objetivo de ampliar las tierras de cultivo en esa zona de la ciudad. La población varió con la Revolución, pero a partir de los años 50 las poblaciones se reagruparon en los pueblos originarios tanto de Tláhuac como de Chalco.
De acuerdo con el investigador Raúl Aguirre Gómez, del Instituto de Geografía de la UNAM, para los años 80 del siglo pasado se registraron hundimientos y los cuerpos de agua eran escasos, incluidos algunos pozos donde se extraía líquido potable.
Años más tarde, sin embargo, el lago comenzó a mostrar un crecimiento, al pasar de 200 hectáreas de superficie a mil 600 hectáreas en el año 2015.
El pronóstico es que para el año 2050 los hundimientos provocarán que la Cuenca de Chalco disminuya su altura 16 metros por debajo del nivel del Zócalo capitalino.
Actualmente, existe en esa zona una demanda creciente de agua por parte de la población, pues a pesar de que el lago es una gran porción de agua ésta no es potable. La extracción de agua en los pozos influye en el crecimiento del nuevo lago.
Estadísticas:
1985: el lago abarcaba 200 hectáreas (Ha)
1989: creció hacía las 400 Ha
2000: tuvo cerca de 600 Ha
2005: alcanzó las 1200 Ha
2015: el cálculo es de las 1600 Ha
(Fotos: Alfredo Boc)