Algunos leían sus obras durante la espera, otros aguardaban con flores amarillas y hubo aquellos que recurrieron al canto de la famosa canción inspirada en Cien años de soledad para despedirse por última vez de Gabriel García Márquez.
Cientos de estudiantes, profesionistas, amas de casa, trabajadores y familias se dieron cita en una espera que demoró más de 5 horas bajo sol y lluvia.
Cada uno esperando el momento para despedir a quien escribió sobre Macondo, aquel pueblo imaginado de forma sublime y ligera que enmarcó el interés por la lectura en muchos de los formados en esa fila interminable.
El acceso inició de forma lenta bajo el sol, en cuestión de minutos la lluvia agilizó el acceso pero trajo confusión.
En punto de las 19:00 horas, momento en el que se tenía planeado dar inicio al homenaje, aún seguía esa interminable fila esperando llegar a los restos de García Márquez.
Una hora después hablaron los mandatarios: Enrique Peña Nieto de México y Juan Manuel Santos de Colombia. Al final, una lluvia de flores y mariposas amarillas de papel cayó afuera de Bellas Artes, el último homenaje a un hombre que abrió la imaginación de par en par.
(STEPHANIE VALGAÑÓN)
