La Alameda Norte, en la delegación Azcapotzalco, está de presumirse. Luego de su remodelación, esta semana se ha convertido en una nueva opción para hacer ejercicio y convivir con la familia, peeero (nunca falta uno) en aproximadamente 80% del parque no hay botes de basura.
Hace una semana, el delegado de Azcapotzalco, Sergio Palacios, reinauguró el espacio con bombo y platillo, y no era para menos: kiosko renovado, nuevos aparatos de gimnasio y juegos infantiles; pistas para skate (patinetas), ciclismo y hasta un huerto. Pero en ninguno de esos lugares hay botes de basura; los únicos de todo el parque —seis— están en un rincón de la zona de palapas.
“Estos juegos sí están bonitos”, dice Camila de cinco años, pero Rocío Sánchez, su abuela y habitante de la zona, dice que falla la limpieza: “no sé cómo le van a hacer (en la Alameda Norte) porque viene mucha gente y no hay botes de basura”.
Eduardo Pérez, empleado delegacional en la Alameda Norte, dice que sí había botes, pero que la delegación decidió quitarlos porque la gente tiraba la basura de sus casas en el parque.
“La gente de los edificios aledaños venía a tirar su basura aquí, que porque el camión no pasa por sus casas”, argumenta el cuidador.
Pérez considera que la falta de lugares para tirar la basura puede ser un incentivo para que la gente cobre conciencia y mantenga el lugar limpio.
Sin embargo, dentro de las instalaciones de la Alameda Norte tampoco hay señalizaciones que exhorten a los visitantes a llevarse sus desperdicios.
Consultados sobre el tema, la delegación Azcapotzalco, a través de su área de prensa, explicó que los botes de basura fueron retirados porque estaban dete-
riorados y serían reemplazados.
También informó que en dos semanas se colocarán dos grupos de contenedores de basura con separadores para cinco tipos de basura cada uno.
“Hacemos mucho énfasis en que la gente no deje su basura ni las heces de sus perros cuando se paseen por la Alameda”, dice el empleado de la Alameda Norte, Eduardo Pérez. Explica que incluso los visitantes que rentan palapas —a un costo de entre 254 y 280 pesos cada una— dejan, además, un depósito de 100 pesos extra, que les es devuelto cuando muestran a la administración que recogieron en una bolsa la basura que generaron durante su estancia.
LES PREOCUPA LA SEGURIDAD
Los vecinos y visitantes de la Alameda Norte tienen la esperanza de que con la renovación también se mejore la seguridad.
“Antes era peligroso venir de noche porque asaltaban, yo no me arriesgo a venir tarde hasta que se vea que hay suficientes policías haciendo rondines”, dijo Silvia García, estudiante de 18 años, quien se ejercita en los nuevos aparatos.
“Venía a andar en bicicleta de 2 a 3 de la tarde, pero no cuando era de noche porque asaltaban y había gente drogándose”, cuenta Isaí Romero, estudiante de 19 años, quien sostiene que por el momento asistirá sólo por las mañanas hasta que vea que es seguro visitar la Alameda por la noche.
Dos elementos de la Policía Auxiliar del DF realizan rondines de seguridad en el lugar, además de que —según explicaron los oficiales—, pese a la aparente tranquilidad de la Alameda Norte, varias veces al día ingresan patrullas para apoyarlos con la vigilancia, ya que el parque tiene una extensión de 18 hectáreas.