ESTALLIDOS.
No es 1, 10 o 50… sino 300 las mufas que han explotado en el Centro Histórico de la Ciudad de México en los últimos años.
Hay fuertes indicios de que en la Comisión Federal de Electricidad que encabeza Francisco Rojas llevan un registro puntual de los incidentes de esas cajas subterraneas repletas de cables, pero no han pasado de lamentarlos.
No estaría de más que el gobierno local pidiera a CFE que acelere sus trabajos de renovación de cableado y garantice el óptimo desempeño y seguridad de las instalaciones.
PAPEL POR METAL.
Contamos con fuertes indicios de que en la Secretaría de Transportes y Vialidad que encabeza Rufino H. León lo que sobra es papel.
Esto lo saben bien los automovilistas de Xochimilco, Iztacalco, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza e Iztapalapa.
Y es que desde el mes de enero la dependencia local ha entregado a los conductores de esas demarcaciones unas bonitas hojas impresas con la matrícula que tramitaron, en vez de las placas metálicas que tiene todo el mundo.
Eso si, en los Módulos de Licencias y Control Vehicular se exige a los dueños de los automotores lleven el pago de 556 pesos, y ese papel si debe estar sellado por el cajero.
AÚLLA.
Que no cunda el pánico en el oriente del Valle de México.
Los vuelos rasantes de un helicóptero no son de un grupo de malosos sino del municipio de Nezahualcoyotl.
Desde el domingo surca los aires el Coyote 1, una aeronave destinada a prestar servicios de emergencia.
Para su operación, la administración del alcalde perredista Juan Zepeda Hernández destinará 12 millones de pesos anuales.
Los ciudadanos esperan que el helicóptero sirva para vigilar la zona y trasladar heridos en una contingencia, y sobre todo que no se caiga en excesos como en el gobierno de Sergio Estrada, en Morelos, donde el llamado “Helicóptero del Amor” trasladaba edecanes.
