ULTIMATUM.
Contamos con fuertes indicios de que la Doctora Esther Orozco ya se hizo a la idea de dejar la rectoría de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
La académica torpedeada por un sector radical ligado al obradorismo está poniendo una serie de condiciones antes de entregar su renuncia.
El jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, tendría ahora la palabra. Y es que aunque la institución es “autónoma”, muchas de las decisiones que la afectan han pasado por el Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
DE GUERRA.
Surgen fuertes indicios de que el responsable de la Agencia de Gestión Urbana del Distrito Federal, Fernando Aboitiz, no tiene que caminar mucho para empezar a dar resultados de su trabajo.
A tan sólo unas cuadras de la jefatura de gobierno, en la delegación Cuauhtémoc, hay una “zona de guerra” de la que nadie se hace cargo.
Justo en la Colonia Centro, en calles aledañas a la sede de la cancillería; como Independencia, Revillegigedo y Luis Moya se ha abierto el pavimento para introducir gas, luego tapan y vuelven a romper para meter tubería de agua.
Total que en esa área “minada” ni la Secretaría de Obras ni la administración de Alejandro Fernández se encarga de dejar bien las calles lo que lamentan peatones, automovilistas, ciclistas, motociclistas y un largo etcétera.
EMERGENCIA.
Podría entenderse, pero no justificarse, que en lo más recóndito de algún estado de la República Mexicana una menor de edad sea maltratada por autoridades.
Lo que resulta incomprensible y condenable es que en la delegación Coyoacán, al sur de la capital del país, se presente una “emergencia infantil” y el “departamento de Cultura” niegue agua y sombra a una niña enferma.
El guitarrista, compositor y productor del grupo La Lupita, Lino Nava, denunció tal atrocidad.
El jefe delegacional, Mauricio Toledo Gutiérrez, respondió en redes sociales que tomará “cartas en el asunto”. Hay fuertes indicios de que muchas organizaciones de la sociedad civil esperan una respuesta contundente sobre el particular.