QUE VENGAN LOS BOMBEROS.
Contamos con fuertes indicios de que el jefe de la Policía de la Ciudad de México pudo salir adelante de una prueba embarazosa… en Nueva York.
Al interior de la caja de acero también estuvieron la Secretaria de Desarrollo Social del DF, el Ombudsman, Luis González, y varios colaboradores.
Elementos del heroico Departamento de Bomberos de la Ciudad los pusieron a salvo cuando la falta de aire fresco y el calor empezaban a hacer estragos.
Para fortuna del grupo solo fue un susto que quedó en anécdota. Los vulcanos se le cuadraron a Rodríguez cuando se enteraron que es un alto mando.
Como buen capitán salió al último del elevador, pero ya había sudado la gota gorda.
TRANSITA.
Surgen fuertes indicios de que alguien sigue haciendo negocio con el espacio público de la Ciudad de México.
Quienes viven en las inmediaciones de vialidades como Circuito Interior han notado como se transforma su entorno al recuperarse los bajopuentes.
En vez de montones de basura ahora hay tiendas, taquerías y hasta sucursales bancarias.
La pregunta es quién exactamente se está embolsando los recursos que pagan los dueños de estos establecimientos que tienen la fortuna de estar donde todo mundo transita.
Ya que están haciendo una buena acción en la Administración local, en apariencia, deberían hacer que no parezca mala. Eso se llama transparencia y se apellida urge.
FUEREÑO.
Contamos con fuertes indicios de que el PAN en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aplica la máxima de que “a río revuelto ganancia de pescadores”.
El diputado Héctor Téllez se ha lanzado a la yugular de Meyer Klip, Presidente del Instituto de Verificación Administrativa, al acusar de que gracias al subejercicio del organismo se ha incrementado la inseguridad.
Señaló que los ilícitos en “antros” se deben a la desmedida proliferación de estos negocios y giros negros “que han aumentado desproporcionadamente al amparo de la corrupción y que genera jugosas ganancias de forma oscura para funcionarios delegaciones, del INVEA y del gobierno central del Distrito Federal”
Si ya tiene el diagnóstico tan contundente el diputado podría ir al ministerio público para señalar a los culpables de negligencia, en caso contrario estaría incurriendo en complicidad. Ahora el fuero lo protege.