Con su asombrosa belleza y gracia en vuelo, estas criaturas son verdaderamente encantadoras, pero más allá de su atractivo, desempeñan un papel fundamental en nuestros ecosistemas
Por Milagro Urquieta
Además, la diversidad de especies de colibríes es un indicador de la salud de un ecosistema: su presencia nos dice que la zona cuenta con una amplia gama de plantas en flor, creando un equilibrio y sosteniendo la cadena alimentaria. Sin los colibríes, se perturbaría este delicado equilibrio, lo que podría llevar a la disminución de otras especies.
Uno de los aspectos más notables de los colibríes es su papel como polinizadores. Mientras se alimentan del néctar de las flores, sus picoteos permiten que el polen se adhiera a sus plumas, que luego se transfiere de una flor a otra, y así se logra la fertilización. Esto es crucial para la reproducción de una gran variedad de plantas, incluyendo muchas de las que dependemos para alimentos, como frutas y verduras.
Desde hace más de una década, Catia Lattouf habilitó su departamento en Polanco para convertirlo en un hospital de colibríes. Un hogar para aves que están enfermas o heridas y que reciben atención médica hasta recuperarse.
“Tuve noción de primeros auxilios por un amigo veterinario, quien me explicó cómo alimentar estas aves y cuidarlas. Ahora tengo 66 bebés colibríes”, nos cuenta Catia, de 73 años. De origen libanés, ha sido girl scout y amante de los animales toda su vida, mucho antes de ser diagnosticada con cáncer terminal en 2010.
“Me dijeron que tenía dos o tres meses de vida”, recuerda. La quimioterapia no le funcionó, optó por la dieta alcalina y fue Gucci, un colibrí herido por otro pájaro que apareció en su puerta (lo llamó así porque lo arropó dentro de su caja de lentes con esa marca italiana), quien la impulsó a seguir adelante y, en gratitud a él, atender a otros colibríes.
“Cuando lo vi, investigué con biólogos cómo curarlo. Hice una solución de agua con azúcar y mosquitos secos, y empecé a alimentarlo”. Gucci vivió nueve meses a su lado, tiempo que para ella simboliza un nacimiento. “Vino a darme una nueva vida”, asegura Lattouf.
Desde entonces, Catia tiene una conexión mística con estas aves, que para la cultura maya simbolizan la resurrección de las almas. Fue así como, con el paso del tiempo, se alió con Terraza Colibrí, un espacio al que lleva a los colibríes que rescata y están sanos para ser liberados. A la fecha, la guardiana de los colibríes ofrece coaching a través de videollamadas y mensajes para garantizar la supervivencia de estas aves.
En peligro de extinción
Los colibríes enfrentan amenazas significativas, como la pérdida de hábitat debido a la deforestación y el cambio climático, así como la falta de fuentes de néctar debido a la degradación de los paisajes naturales. Para proteger a estas aves increíbles, es esencial que conservemos sus entornos y promovamos la plantación de flores nativas en jardines y áreas verdes.
El rescate y la rehabilitación de los colibríes es el principal enfoque de Terraza Colibrí; sin embargo, lo es también crear conciencia sobre la importancia de estas aves en peligro de extinción. Muchos de ellos son capturados para formar parte de rituales o para mantenerlos en cautiverio. Su Instagram lo encuentras como @TERRAZA_COLIBRI para tener más información sobre esta especie y sus cuidados.
*Texto adaptado para +Chilango