Una serie de pinturas en el Museo de la Cancillería muestra a seres humanos en agonía, ahorcados o hasta decapitados. A simple vista, las imágenes parecen solamente capturar momentos terribles, pero Johan Falkman buscó representar algo más: la esperanza y la dignidad.
Tras advertir que creó sus obras de arte retratando modelos, una de las características que definen a su estilo, el artista sueco explicó cómo su convivencia con comunidades zulú de Sudáfrica y pasajes de la Biblia dieron origen a su más reciente exposición “Desde la esfera del vacío. Cartas de reyes y antagonistas en el reino de los sueños”, la cual debutó aquí en México y llevará de gira por 10 países durante poco más de cuatro años.
“Hubo dos razones por las que fui a Sudáfrica y en ese tiempo, la verdad, no tenía idea de lo que iba a hacer, pero me enamoré de la gente y los paisajes. Sentía que era como el origen del hombre, porque tenía una especie de armonía. Sentí que así fue el comienzo. Pero para ese tiempo no tenía modelos, por lo que le pedí a una cocinera que interpretara a María, a un bartender que fuera Jesús, a uno de los policías del pueblo que fuera un guardia y fui pidiendo a más personas que dieran vida a María Magdalena y toda esa gente. De esa manera empezó”, contó el creador frente a un grupo de periodistas.
“Por supuesto no sabía nada de la historia de los modelos al principio. Fuimos a muchas aldeas pequeñas y la gente pudo apuntar sus nombres. Algunos tienen teléfonos, pero varios de ellos no. Así que iban a inscribirse y podían venir como parte de la comunidad para pintarlos. Entonces (algunos de ellos) comenzaron a ser amigos cercanos, pude entender sus vidas y sus problemas, todo lo que pasaban”.
No obstante, para él fue sumamente importante aclarar que no existió ningún intento de evangelización o implantación ideológica en su trabajo, ni cuando lo construyó —algo que le tomó tres años en Sudáfrica y dos más refinar desde el exterior— ni ahora que lo está presentando. Es consciente de las creencias zulú y de cómo incluso la magia y el cristianismo se utilizan como método de sometimiento en ellos.
“Esta exhibición la creamos porque queríamos. No es misionera, no trata de hacer que la gente crea. Todo esto viene de nosotros mismos. Tratamos de entendernos a nosotros mismos con esto”, enfatizó.
“Soy un pintor de retratos y siempre tendré interés en el ser humano.
Johan Falkman
Y como en la filosofía detrás del Ecce Homo, lo importante de estas pinturas es verse a sí mismo como genuinamente ves al otro”.
Inspirándose en el Antiguo y Nuevo Testamento, las piezas representan las historias de personajes como Herodes, el rey Salomón, Juan el Bautista, Caín y Abel, Judas Iscariote, Nicodemo y Jesús. Curiosamente, algunos de sus modelos tenían un pasado que conectaba con lo que recreaban y también se volvieron un espejo de la propia vida de Falkman. Al final, su arte se impregnó de dolor, valentía, traición, confianza, deseo y dignidad, pero también de un mensaje valioso: “Verte a ti como tú me ves a mí”.
“Utilicé el tema del ecce homo. Cuando ves el rostro de Jesucristo, él te mira a ti y te dice ‘mírame como yo te veo a ti, tú eres yo, yo soy tú’”, señaló el creador al hablar de los retratos de sus modelos, “al mirarnos entre nosotros nos damos dignidad. Esa es la más fuerte arma en la lucha contra el racismo. La ignorancia se niega a ver al otro; esa es el arma más fuerte de los opresores. Si somos capaces de mirarnos el uno al otro, el racismo no tendría porqué existir”.
“Desde la esfera del vacío…” está compuesta por pinturas, esculturas, fotografías, piezas audiovisuales y poesía escrita tanto por él mismo como por la escritora mexicoestadounidense Jennifer Clement. Permanecerá abierta al público hasta el próximo 6 de marzo en el Museo de la Cancillería (República de El Salvador 47, col. Centro) de lunes a viernes, de 10:00 a 17:00. El acceso es libre.
Posteriormente, llegará al Instituto Nacional de Aguascalientes, el Museo Fernando García Ponce-MACAY en Mérida y el Parque Fundidora de Monterrey. A partir de ahí iniciaría la gira latinoamericana, para la cual se han buscado países donde la herencia africana ha condicionado al pueblo, de acuerdo con el curador Álvaro Gómez Gómez.
Retrato de Sudáfrica, pero también de México
Falkman ha mencionado anteriormente que en México encontró su voz como artista. Por ello, aún cuando ésta exhibición parece deslindarse, él afirmó que su obra sigue ligada al país, lo que lo motivó a primero venir aquí.
“Está conectada con México porque la inspiración viene del muralismo mexicano. Entonces toda la composición, la manera en que las obras son elaboradas realmente viene de la tradición muralista mexicana. Ahí está esa fuera conexión, viene de Diego Rivera, Orozco, Siqueiros. Pero aún no he tenido la oportunidad de hacer mis pinturas en México, pero lo empezaré desde ahora y haré muchas piezas donde mostraré la cara de México, con muchas, cientas de caras mexicanas, con diferentes grupos diversos del país, por lo que va a ser una gran pieza de arte referenciada a México”, comentó.