Maricela llegó a la Roma hace 42 años y entonces pagaba 200 pesos de renta. Ante el alza de precios por la gentrificación en la CDMX, será desplazada de su casa
Por Edgar Segura
De cara al inminente desplazamiento del que por cuatro décadas ha sido su hogar en la colonia Roma Norte, Maricela Jasso López, una maestra jubilada, organiza un bazar contra la gentrificación en la Ciudad de México.
Tras 42 años rentando sin atrasarse en los pagos, en abril de este año el nuevo dueño del departamento que renta notificó a Maricela que deberá desalojar en diciembre. “Somos víctimas de la gentrificación”, explica.
Recuerda que cuando su familia empezó a rentar, pagaban un alquiler de tan sólo $200. “Ahora estamos pagando 7,000 pesos, que aún es barato para la zona”, reconoce. Ese precio es producto del acuerdo que hizo con el dueño anterior del departamento. Pero en 2022 el dueño falleció. Ahora es el hijo de su antiguo arrendador quien heredó el departamento y pretende desalojarla.
“Primero nos dijo que no nos preocupáramos, que nosotros podíamos vivir aquí hasta que nosotros quisiéramos, que en memoria de su padre, que siempre nos tuvo consideración porque pagábamos puntualmente, nos iba a dejar aquí. Y ahora dice que no, que su hermana ya quiere vender y que ya tienen compradores. Pero parece que no es cierto, que quieren hacerlo Airbnb”, cuenta.
Protesta contra la gentrificación
El departamento de Maricela está convertido en un bazar, o en una tienda, como le llama su nieto Gibrán, de 8 años. Sobre objetos invaluables por su historia sentimental están colocadas etiquetas de precio. Se trata de la metáfora perfecta para evidenciar la forma en la que actualmente lo económico suele primar sobre lo humano. Aquí Maricela vivió con su esposo, que en paz descanse; aquí crecieron su hijo y su hija. Ahora vive con su nieto Gibrán y con su gato, Macario.
La mayor preocupación de la profesora jubilada es que su nieto pueda terminar la primaria en la misma escuela en la que ya cursa el tercer grado, y que está a dos cuadras de casa. Si no logran encontrar un hogar cerca antes de diciembre, probablemente tengan que dejar la ciudad e irse a Oaxaca, donde la mamá de Gibrán tiene un trabajo temporal.
Ninguna de estas razones es suficiente para el nuevo casero, que se niega a seguir rentándole. Maricela deberá dejar el departamento en diciembre: “No les importamos, somos un estorbo para ellos; ellos no oyen razones humanas, ellos quieren dinero”, se queja. Para el mercado inmobiliario no se trata de un ser humano, sino de un consumidor sin poder adquisitivo suficiente para seguir en el espacio que ha habitado cuatro décadas.
Por ello, el bazar de Maricela no sólo es una forma de prepararse para el desplazamiento que viene, sino también una forma de protesta contra la gentrificación en CDMX: “Estamos vendiendo cosas personales, muebles que sabemos que no van a caber en otro espacio más reducido, porque si encontramos otro lugar, seguramente no va a ser amplio. Pero también es una forma de protestar y hacernos visibles ante este problema que la sociedad no ha tomado en cuenta”, explica.
En su bazar Maricela vende artesanías. También hay cuadros de su viaje al Perú, plantas, sombreros, un equipo de karaoke, un horno profesional, bolsas, zapatos y ropa. “Me cuesta trabajo ponerles precio”, reconoce. “Pero hay que hacerlo”. Por algunas de sus pertenencias piensa pedir cooperación voluntaria. Otras tendrá que dejarlas o tirarlas si no se venden.
Desplazamiento forzado
El edificio en el que vive Maricela, ubicado en la colonia Roma Norte, tiene más de 80 años de antigüedad. Se ubica en una zona donde las rentas se han disparado recientemente a raíz de la gentrificación.
“En esta zona están rentando departamentos en 28 mil o 30 mil pesos. La mayoría amueblados porque son para extranjeros. Nosotros no podemos pagar las tres o cuatro veces más que están cobrando ahora con la gentrificación”, comenta Maricela.
Ante esta situación muchos de los vecinos que Maricela tuvo en estos 42 años se han visto desplazados. En su edificio sólo dos departamentos quedan con inquilinos. Antes de que termine el año tendrán que desalojar, aparentemente para dar paso a inquilinos extranjeros, con más poder adquisitivo: “El nuevo dueño trajo gente para que le aconsejara y escuchamos que le dijeron que nos sacara, que no le convenía rentarnos porque había quienes estaban pagando más y que ellos podían orientarlo para rentarle a extranjeros”, cuenta.
De acuerdo con datos del arquitecto y urbanista Jerónimo Monroy, quien creó un mapa de la presencia de Airbnb en CDMX, la colonia Roma Norte es la que cuenta con más departamentos en oferta dentro de esta plataforma, con un total de 2,564: la presencia de Airbnb en CDMX es uno de los factores relacionados con la gentrificación, ya que implica una reducción de la oferta de vivienda para renta a largo plazo. Lo anterior provoca el alza de los precios de los alquileres y el desplazamiento de quienes no pueden pagar.
Así ha cambiado la Roma
En opinión de Maricela, la gentrificación ha ido modificando el entorno y las dinámicas de la Roma, una de las colonias más antiguas de CDMX. Este cambio es evidente no sólo en el desplazamiento de vecinos con años en el barrio, sino también en la llegada de nuevos residentes: extranjeros que antes llegaban únicamente de vacaciones, pero ahora han empezado a establecerse.
En el proceso también están siendo desplazados los negocios tradicionales: “Han quitado locales que arreglaban zapatos o bicicletas; ahora son restaurantes de lujo donde los únicos que pueden pagar esos precios tan altos son extranjeros. Se escuchan otros idiomas y los únicos que hablamos español somos los de aquí… ya no tenemos cabida”, considera Maricela.
Bazar contra la gentrificación
¿Cuándo?: 3 y 4 de agosto, 7 y 8 de septiembre
¿Dónde?: Puebla y Valladolid, Roma Norte